El despegue empresarial en O Salnés está a pleno ralentí. La incertidumbre política con seis meses de gobierno en funciones, la crisis económica que persiste, la precariedad en el empleo y factores internacionales como el Brexit que reduce las fronteras europeas, desaniman o al menos retrasan proyectos de inversión que podrían estar en marcha hace meses.
Los datos los recoge el IGE (Instituto Galego de Estadística) que confirma esa desmotivación de los inversores en los últimos seis meses del año. Por poner un ejemplo, en la ciudad de Vilagarcía solo se han constituido cuatro negocios en el mes de junio, dos menos que en el mismo período del pasado año.
El vicepresidente de la Cámara de Vilagarcía, fusionada con Pontevedra y Vigo, Miguel Falcón coincide con la impresión que se obtiene de los datos estadísticos. "La gente deja de hacer proyectos por la parálisis política; como no hay claridad suficiente, los inversores están quietos", sintetiza.
Y es que la tendencia de creación de nuevas sociedades todavía no invita a ningún tipo de optimismo, al menos en la comarca de O Salnés donde apenas han nacido un centenar de negocios en lo que va de año y solo hubo un ligero alivio en los meses de febrero, marzo y abril, con una veintena de sociedades nuevas en los nueve ayuntamientos de referencia porque en los meses de enero, mayo y junio solo se animaron una docena de emprendedores.
Al centrar la mirada en Vilagarcía, la octava ciudad de Galicia, solo se aprecia un repunte en el mes de abril cuando se inauguraron nueve negocios aunque el resto de los meses el goteo fue menor (3 firmas en enero, 6 en febrero, 4 en marzo y tres en mayo y junio).
La situación, para otros profesionales consultados, lleva al desaliento y mucho más si se trata de ayuntamientos pequeños. En localidades como Meis solo han abierto cuatro proyectos en este primer medio año de 2016 mientras que en Ribadumia se inauguró uno cada mes.
Tampoco ayuntamientos de mayor población como Cambados y O Grove demuestran una mayor vitalidad. En la villa del albariño, el ritmo de creación empresarial es igual de desalentador. Con casi 12.000 habitantes solo han apostado por nuevos proyectos dos o tres empresarios cada mes. Los mecos, con menor población pero referencia turística de la comarca, han ido en una dirección similar en esta primera mitad del año.
A Illa es caso aparte en el sentido de que las ratios son todavía más alarmantes. En 2016 solo han abierto tres negocios, uno en marzo, otro en mayo y el último el mes de junio que acaba de terminar.
Lo mismo ocurre en Vilanova con cuatro iniciativas en lo que va de año, tres de ellas en febrero.
En Sanxenxo la creación de sociedades es más homogénea a lo largo de los meses con un promedio de cuatro nuevas aperturas.
Con todo, el ritmo es proporcional al que se observa en el resto de Galicia que en sus 314 ayuntamientos ha constituido una media de 425 sociedades limitadas al mes, lo que da a poco más de una por municipio en medio año. Si los datos se pasan a la provincia se obtiene un promedio un poco más alto que en otras provincias con un cociente de dos empresas cada mes en los 62 municipios.
Si bien la crisis política y económica influyen de hecho en esta caída del pulso económico, la pujanza de cada ayuntamiento también determina alguna clave a la hora de analizar esta evolución del emprendimiento empresarial.
Como es habitual la principal referencia municipal con Vilagarcía es la localidad de Narón (A Coruña), que en la misma proporción que la pirámide poblacional en seis meses crea 31 negocios frente a los 28 de la capital arousana.
En el lado contrario aparece Barbanza, en la otra orilla arousana, cuya evolución es de la mitad de la comarca de O Salnés: 119 frente a 50 constituidas.
