La negativa de Patrimonio a autorizar la segunda fase de reforma de la plaza de abastos si no se recuperaban unas escaleras que se derribaron en la primera fase, dilató durante meses las obras de modernización. El proyecto opta por un diseño más moderno y cuidado estéticamente, combinando el modelo de mercado tradicional con una parte superior dedicada a la hostelería selecta, degustaciones y realización de actividades. Se dotará al ala oeste una imagen de calle, manteniendo los puestos de venta laterales y cambiando la orientación de las bancadas centrales para aportar más fluidez al tránsito de personas y comodidad a los clientes. La escalinata principal que da acceso a la planta superior se conserva, instalándose un ascensor. La zona a remodelar funcionará de forma integrada con el resto de la plaza, pero se instalará un sistema de cierre en el corredor de unión con el módulo central para que, a partir de la tarde y hasta la noche, el edificio pueda operar de forma independiente. La entrada será por la fachada oeste, que se recuperar con la demolición de la nave con la que se unió el edificio original con la que acoge la verdura