Ángela Antón es una ferrolana que ya no se olvidará nunca de Vilagarcía. Sus amigas se han encargado de que su despedida de soltera le quede grabada para siempre en su retina de una manera muy original y para nada discreta.

La vilagarciana Carolina Meire fue una de las artífices de la sorpresa. Ella y el círculo de amistades en común que conserva de sus tiempos universitarios en A Coruña utilizaron la céntrica calle de A Baldosa como escenario para sorprender a su amiga y lo consiguieron.

Sin embargo el día no arrancó de la mejor de las maneras. Se esperaba la llegada de la futura esposa a eso de las doce del mediodía, pero una avería en plena autopista retrasó su llegada una hora y media. Nada más poner un pie en Vilagarcía ya tuvo que plegarse a las exigencias de sus amigas organizadoras y disfrazarse de panadera. Una alusión a la profesión del que será su marido el próximo 10 de septiembre.

No se quedarían ahí los deseos de Carolina y compañía porque enseguida la embadurnaron de harina, y mientras trataba de recomponerse, empezó a sonar la música en A Baldosa. Algo empezaba a fraguarse y la aparición en escena de los componentes del Nydia Vilagarcía terminó por descomponer a la prometida. Todo un flashmob al ritmo de los grandes éxitos del momento al que Ángela, al principio sorprendida, terminó por entregarse decididamente hasta tratar de seguir los pasos de la coreografía.

Los centenares de personas que en ese momento abarrotaban las terrazas de A Baldosa terminaron aplaudiendo a partes iguales tanto la iniciativa como el buen hacer de los bailarines vilagarcianos. Fueron alrededor de cinco minutos de sorpresa generalizada hasta que se comprendió el porqué de tan fulgurante actuación. Carolina Meire y sus amigas no dudaron en echar mano de sus móviles para inmortalizar el momento mientras la homenajeada no daba crédito.

La propia Ángela reconoció que "me quedé literalmente sin palabras. Al principio no sabía ni que hacer, pero al final me dejé llevar y me puse a bailar, o más bien a intentarlo".

Pero todavía no se acabarían ahí las sorpresas para la futura esposa puesto que tras embarcar para conocer la ría de Arousa, sus anfitrionas todavía le llevaron a practicar flyboard e impulsarse sobre el mar con la fuerza de los chorros de agua antes de culminar la jornada con una buena cena y fiesta posterior. Un adiós a la soltería gestado y ejecutado en pleno centro de Vilagarcía.