La Guardia Civil de Tráfico ha denunciado por conducción negligente y desobediencia a la autoridad a un vecino de Meaño, de 38 años, e iniciales J.M.M.N., que fue interceptado en Sanxenxo conduciendo ebrio un vehículo que dos horas antes le habían inmovilizado por encontrarse supuestamente bajo los efectos del alcohol.

Según ha señalado el Instituto Armado a través de un comunicado, en un control preventivo de alcoholemia ubicado de madrugada en la carretera entre Padrinán y Sanxenxo fue interceptado un usuario que dio positivo en alcoholemia con una tasa de 0,44 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, por lo que se procedió a inmovilizar temporalmente su vehículo y a comunicarle que no podría conducir hasta que diese negativo. Ante estas circunstancias, el hombre optó por marcharse usando un taxi.

El máximo legal de alcoholemia es de 0,25, aunque en el caso de los conductores noveles o profesionales, la tasa máxima baja a 0,15.

Dos horas después, el control se cambió de emplazamiento a un punto próximo al anterior, y según la Guardia Civil, los efectivos divisaron al mismo hombre en un taxi yendo en dirección a su vehículo.

"Las sospechas de lo que pretendía hacer esta persona parecían evidentes y cuando una dotación del control se desplaza para comprobarlo, sorprenden a esta persona circulando de forma temeraria durante dos kilómetros por carreteras secundarias, intentando ocultarse de la acción de los agentes y haciendo caso omiso a las indicaciones de 'alto'", prosigue la Guardia Civil en su escrito.

Volvió a dar positivo

No obstante, el hombre finalmente fue interceptado y volvió a dar positivo al ser sometido a una nueva prueba de alcoholemia, por lo que fue denunciado otra vez por conducción negligente bajo los efectos de bebidas alcohólicas, desobediencia a los agentes de la autoridad y quebrantamiento de la orden de inmovilización del vehículo por haberlo cogido aún bajó los efectos del alcohol.

El hombre deberá responder ahora de una denuncia judicial.