El futuro de la modélica unitaria de Xil se ha convertido en motivo de controversia entre la Consellería de Educación y los padres de los alumnos del centro. La amenaza de cierre que pesa sobre la escuela tomó en la mañana de ayer un cariz más que preocupante, cuestión que ha alarmado a la comunidad escolar.

Una llamada al colegio desde la delegación territorial de Educacion en la mañana de ayer ha originado la absoluta preocupación de los padres que no han dudado en movilizarse. La cuestión que ayer se preguntó desde Pontevedra era referida al reparto del material de esta escuela unitaria, lo que ha encendido todas las alarmas entre los progenitores entendiendo que esto significaba el cierre definitivo de las puertas del centro.

La situación ya viene de atrás puesto que la amenaza de dejar de disponer del centro se basa en el escaso número de matrículas. El plazo abierto a tal efecto el pasado mes de marzo se saldó con un total de seis niños inscritos en el centro para el próximo curso. Además dos de esos alumnos que estarían el próximo año en la escuela unitaria de Xil son hijos de la propia profesora, quien además no posee plaza fija en el colegio de Meaño.

La condición de interinidad de la docente ha llevado a Educación a elaborar un informe en el que se argumenta la escasa sostenibilidad del centro puesto que solo contabiliza a cuatro alumnos, cuando el mínimo de niños estipulados por ley en una unidad de este tipo es de seis estudiantes.

Ese informe, elaborado en su día por Ángeles Aramburu, subraya la condición de interinidad de la profesora Isabel Cañizo, quien podría perder su lugar en Xil tras el habitual concurso de traslados, si bien parecen escasas las posibilidades de que eso suceda debido a su preferencia en continuar y a los puntos acumulados tras el año completado allí.

El sentimiento de indignación de los padres obedece a que, según afirman, Educación no está actuando en base al acuerdo alcanzado en una reunión producida en mayo entre las partes. Lucía Gómez, portavoz de los padres del centro, afirmó que "la inspectora comunicó a Santiago que solo eran cuatro niños los matriculados para el próximo curso. A consecuencia de eso nos reunimos y conseguimos el compromiso por parte de Educación de esperar al mes de julio para saber si la profesora continuaría o no tras el concurso de traslados, pero ahora nos encontramos con la llamada para ver como se iba a repartir el material del centro. Nos sentimos engañados e indignados".

La portavoz del grupo de padres recoge también el precedente del año pasado, "en septiembre llegó una niña nueva e incluso nosotros nos estamos movilizando para conseguir más matrículas en base a lo que habíamos acordado en la reunión, pero ahora nos encontramos con esto. Entendemos que si en septiembre no hay niños suficientes pues se tenga que cerrar, pero no de esta manera".

Otra de las cuestiones que ha provocado crispación en los padres es la referida a que desde la Jefatura Territorial de Educación no se les facilita ningún tipo de información. Uno de los padres apuntó que "no hay ningún tipo de transparencia en ningún sentido. Se agarran a que solo hay cuatro niños matriculados, pero no nos dicen nada más. Tampoco nos dan un plazo ni nos aclaran nada. No entendemos como se puede decir que solo hay cuatro niños si el curso todavía no empezó".

El hecho de contar con una ratio de una profesora para seis alumnos es una de las cuestiones que incita a los padres a pelear por el mantenimiento de la escuela. Una de las madres, señaló que "no queremos cambiarnos de colegio. Entendemos que somos víctimas de los recortes y creemos que se trata de un centro que debe continuar abierto. Tiene más de treinta años y si hasta ahora ha podido estar abierto el año que viene también".

Lo cierto es que la amenaza sobre las escuelas unitarias se ha convertido en una constante en los últimos años. El escaso número de alumnos, unido a la reducción de gasto público imperante, ha terminado por convertirse en toda una espada de Damocles para este tipo de centros de alumnado muy reducido. Ya en 2013 cerca estuvo de cerrarse, aunque finalmente diversas reuniones con Educación, no exentas de medidas de protesta, terminaron por reconducir la situación.

Las familias de los niños son claras al respecto y las afirmaciones son contundentes en lo que se refiere a una aclaración del cambio de postura de la delegación territorial.

"Queremos saber qué pasa realmente. No se nos ha respetado y queremos que sea público nuestro enfado. Se nos dijo en julio y está claro que alguien se ha saltado los tiempos y sin mediar ningún tipo de comunicación. Parece que no quieren esperar a las elecciones y no nos parece una manera correcta de proceder", aseguran.