Comprar sardina a 4 euros el kilo en una plaza de abastos a solo dos días de la celebración de San Xoán puede parecer complicado. Pero ayer sucedía, por ejemplo, en algún puesto del mercado de Vilagarcía. Aunque bien es cierto que era algo puntual, pues por término medio puede decirse que este codiciado producto estival se cotizaba entre 6 y 10 euros el kilogramo.
Son precios que pueden resultar bajos para la flota, acostumbrada a lograr cotizaciones mucho más elevadas en esta época del año, pero sin duda se trata de unas tarifas que pueden calificarse de buenas para el consumidor, ya que están muy por debajo de lo que suele ser habitual en vísperas de la noche mágica con la que se anuncia el solsticio de verano y, según la tradición, se espantan las meigas.
"Si se mantiene así este año podrá haber sardinas en todas las hogueras de San Juan, pero en veranos anteriores era imposible que la gente se animara a comprar en la plaza porque el precio ya venía disparado de las lonjas", explicaban ayer las pescantinas vilagarcianas.
Todo puede pasar entre hoy y mañana, e incluso cabe la posibilidad de que el precio se dispare, pero desde luego parece imposible que vaya a alcanzar los niveles prohibitivos de ocasiones anteriores.
Así lo atestiguan también los propios vendedores, que explican que si bien la sardina escasea en puertos como el de Vigo, en otras muchas lonjas es más abundante que nunca, como sucede en Cambados. Y claro, ya se sabe que a mayor cantidad, precios más bajos en primera venta, y por tanto condiciones más asumibles por el comprador final.
Escarmentados
Otro aspecto a tener en cuenta es que escasea es la sardina grande, la "jurelera", mientras que es abundante la de tamaño mediano, lo cual también ayuda a contener el precio.
Incluso puede apuntarse, a tenor de lo explicado por las propias vendedoras de la plaza, que "la gente quedó muy quemada por los precios de otros años y prefiere comprar un kilo de costilla para asar o unos chinchos antes que comprar la sardina, pues el precio era inasumible para muchas familias".
A su juicio "esto puede ayudar a contener las tarifas este año, y lo cierto es que venderla en la plaza a entre 6 y 10 euros, dependiendo del tamaño, procedencia y calidad parece un abanico de precios muy razonable".
El problema, matizan ciertos vendedores, es que "los compradores tienen miedo a que el precio siga siendo igual de alto que otros años y ya ni siquiera se acercan a preguntar, cuando en realidad la sardina está ahora mucho más barata que en otras ocasiones".
Para congelar
"No sé qué pasará el jueves (mañana para el lector), porque en lonjas como la de Vigo hay muy poca, pero lo cierto es que el precio es por ahora más bajo que otros años", explica Peregrina Abad, responsable de Pescados Sabarís, quien además añade que "mucha gente ya la adquirió en las últimas semanas y la tiene congelada".
Coincide con ella la pescantina María Jesús García al decir que la sardina "está más barata que otros años, aunque tampoco es demasiado grande; no sabemos si subirá mucho en los dos últimos días antes de las hogueras, pero de momento está muy bien de precio, y además tiene una gran calidad".
Menos tirón
Lo que sucede, a su juicio, es que "la gente de ahora no es como la de antes y ya no asa tanto, por eso la sardina ya no tiene el tirón que tenía".
En la plaza de abastos vilagarciana también vende producto Celia Martiñán, convencida de que "la sardina está mejor de precio que otros años porque hay abundancia; no sé si subirá en los dos últimos días, pero por ahora vale la pena que la gente se acerque a comprarla".
También la placera Eva Torrado habla de precios asequibles para el consumidor y, desde luego, de cotizaciones mucho más bajas que en veranos anteriores.
Para que el lector se haga una idea más aproximada aún sobre los precios que está marcando el producto estrella de la noche mágica de San Juan puede decirse que ayer se subastaron unos 1.600 kilos de sardina en la lonja de Cambados y su precio máximo no pasó de los 2,50 euros por kilo.
