Los coleccionistas y amantes de las antigüedades tienen una cita obligada este fin de semana en Fexdega. Podrán perderse entre los más de 30.000 objetos que ofertan los 44 expositores que participan en la feria. Hay verdaderas joyas que obligan a sacar la chequera, pero también muchos artículos a precios muy asequibles. Un retablo gótico del siglo XV, que Manuela Martínez vende por 5.000 euros, es quizás la pieza más antigua de todas cuantas se exponen en el salón. Procede de una capilla italiana privada y lo escoltan dos impresionantes ciervos de bronce a tamaño real todavía más caros. Noventa kilos pesa cada uno y proceden del palacete de unos marqueses de Madrid. "Todos los años renuevan su palacio" y Martínez hace de eso su negocio.
La cámara que Hitler regaló a Franco con motivo de los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, es una de las atracciones de la feria aún sin estar expuesta en ningún stand. El asturiano Ángel Javier Loza es el propietario. La tiene escondida y con un pequeño truco para que, en caso de robo, no funcione La vende por 12.000 euros porque no está certificada, si lo estuviera su valor se multiplicaría. Funciona con carrete de los de antes, el objetivo está bañado en oro y piel de serpiente adorna la estructura de metal blanco. No le falta detalle, con la esvástica nazi y el águila y número de serie. La leyenda "Juegos Olímpicos de Berlín 1936" está grabada en español y alemán.
En cuanto al mobiliario destacan dos piezas francesas de la época de Napoleón III, finales del siglo XIX. Una vitrina de 1893 y un "mueble bull" valorado en 2.800 euros. La misma cantidad pide una de las expositoras extranjeras por un biombo chino de 2x2,5 metros lleno de piedras duras e incrustaciones de nácar. Llama también la atención el mostrador de José Ramón Hernández, especializado en efectos militares. Una gola -insignia propia de oficiales que se lleva a modo de collar- de un guardia civil que participó en la incursión de la División Azul en Rusia y una condecoración del Orden del Águila que se otorgaba a los jerarcas franquistas tras la Guerra Civil española son los dos objetos con más historia, valorados en 1.200 euros. De época más reciente son los recordatorios de los fallecimientos de varios miembros de la banda terrorista ETA en los años 70 y 80, con el grupo armado en pleno apogeo.
Son solo ejemplos de algunos de los artículos de más valor o más curiosos, pero son miles y miles los que pueden comprarse por apenas unos euros. Juguetes, discos de vinilo, monedas y billetes de otras épocas y de diferentes países, cámaras fotográficas antiguas por 25 euros, cubiertos y vajillas o postales. Vilagarcía aparece en ellas, pero curiosamente el anticuario que las vende -a 6 y 7 euros- no es ni gallego ni español. Es Barry King, de Brighton, Inglaterra. El balneario, el muelle del Ramal, la Avenida de la Estación o el Convento de Vista Alegre son algunas de las estampas vilagarcianas que reflejan las postales.
En término medio, ni carísimos ni regalados, se puede elegir entre viejos teléfonos de ficha que hace medio siglo eran habituales en casi todos los bares, pinturas y grabados, réplicas de cascos romanos y vestimentas visigodas y celtas, o un tapiz de los hermanos John y Bobby Kennedy, ambos asesinados, que llegó a España de Estados Unidos tras el reparto de una herencia y se vende "rebajado" por 90 euros.
