El expatrón mayor de Cambados, Benito González, afirmó ayer que la sentencia que le exculpa en el caso del supuesto sobreprecio del barco "Tragove" ha servido para que pescadores y vecinos conozcan la verdad. "Ha puesto a cada uno en su lugar y demuestra que hubo gente que utilizó la justicia para fines que aunque sé cuales son no comparto. Somos vecinos, y no vale todo".

Benito González fue acusado por una decena de socios de la cofradía de Cambados por una presunta estafa y de fraude en subvención pública a raíz de la construcción del buque "Tragove". También fue denunciado el astillero de Cambados en el que se construyó el buque, y con cuyo dueño no consiguió contactar ayer FARO pese a sus intentos.

La Audiencia Provincial de Pontevedra emitió recientemente una sentencia en la que declara "no culpable" a González. Considera que no hubo ni estafa ni fraude de subvenciones en la financiación del buque, e incluso censuró a la acusación por su "comportamiento procesal irreflexivo". Una resolución judicial que se ha añade al escrito del fiscal, que tampoco había solicitado ningún tipo de pena para los acusados.

El abogado de la acusación, Alberto Muñoz, ya ha dicho que recurrirán la sentencia en casación en el Tribunal Supremo, pero González resta importancia al anuncio. "Yo estoy supertranquilo. Pueden ir al Supremo o adonde quieran. La sentencia de la Audiencia es muy clara y no dejar lugar a dudas".

Un alivio

Benito González quiere reunirse con su abogado para realizar una valoración en profundidad del fallo judicial, y que pone el punto y seguido -si como Muñoz afirma, la acusación acude finalmente al Supremo- a un calvario de tres años. Aún así, el expatrón mayor de Cambados y expresidente de la Federación Galega de Confrarías declaró ayer que la absolución "es un alivio". "Me vi metido en un problema sin razón. Después de pasarme 14 años trabajando por los demás (en alusión a su etapa al frente de la cofradía) creo que merecía un poco más de respeto, pero esa gente que me acusó no lo tuvo".

Admite que ahora está más tranquilo, pero no solo por él, "sino también por las personas de mi equipo y por mi familia", que también lo pasó mal.

El caso "Tragove" estaba de plena actualidad cuando se celebraron las elecciones en las cofradías gallegas, que en el caso de Cambados significarían una clara derrota del equipo de Benito González. Casi dos años después, el expresidente del pósito ya no le apetece hacer cábalas sobre si las acusaciones del "Tragove" fueron las que le hicieron caer en las urnas o no. "Ya no me importa eso, no lo pienso, aunque es evidente que son cosas que van quemando a la gente".

Se da la circunstancia de que entre las 10 personas que componían la acusación particular se encuentran el actual patrón mayor de Cambados, Ruperto Costa, o uno de los hombres fuertes de su cabildo, el presidente de los mariscadores a flote, Carlos Martínez. El primero de ellos declinó ayer hacer declaraciones, pues se remite a las que ya efectuó el domingo el letrado Alberto Muñoz.

Carga contra la acusación

Los magistrados de la Audiencia de Pontevedra cargan contra la acusación, a la que acusan de incurrir en "falta de pulcritud" y de "comportamiento procesal irreflexivo", hasta el extremo de que les condenan a pagar las costas del procedimiento. La acusación pedía tres años de cárcel para González, al considerar que había una desproporción entre los 166.000 euros que costaba el barco según algunos peritos, y los 293.000 por los que se facturó finalmente. Sobre esto, González considera que "quizás algunas periciales se hicieron desde el despacho, sin ver el barco siquiera". En este sentido, la pericial de la Fiscalía le otorgaba al buque de trabajos de la cofradía un coste de 230.000 euros, con lo cual, sostiene el Ministerio Público, no existiría delito aún en el supuesto de que en efecto hubiese sobreprecio.

Entre tanto, la acusación anuncia que recurrirá la sentencia, que califica de "sorprendente". Según los promotores de la denuncia contra González, es inexplicable que no se hayan tenido en cuenta los informes periciales de la Xunta, en los cuales se tasaba la embarcación muy por debajo de los 200.000 euros. Además, temen que esta resolución judicial obligue a la cofradía a pagar los más de 110.000 euros que le reclama Hacienda por el supuesto mal uso de la subvención europea recibida, lo que la pondría en riesgo de quiebra.

La construcción del "Tragove" fue contratada por la cofradía a un astillero cambadés. Se trata de una nave con casco reforzado pensada para un uso muy polivalente, en labores de pesca, acuicultura o vigilancia. Su travesía inaugural fue en mayo de 2010, y a la botadura asistió la conselleira do Mar, Rosa Quintana.