El Desembarco Pirata de O Grove vivió ayer su segunda y quizás más importante jornada, consolidándose como un evento capaz de generar buen ambiente y negocio en las calles justo antes del comienzo de la temporada alta para el turismo.

Y ese es uno de los objetivos que se marcan los promotores de esta iniciativa que continúa y finaliza hoy, dispuestos a consolidarla para que sea un acontecimiento capaz de desestacionalizar el turismo y, lógicamente, diversificar la oferta y generar riqueza que beneficie al conjunto de la economía local.

Ya se sabe que O Grove puede presumir y ensalza su buena cocina, playas, termalismo y otros muchos encantos. Pero de un tiempo a esta parte apuesta igualmente por la proyección cultural, y lo hace a través de propuestas e instalaciones como las del Museo de la Pesca y la Salazón de Punta Moreiras, o bien con alicientes fruto de la iniciativa privada o diferentes colectivos que tratan de maridar fiesta y cultura rememorando el pasado, como sucede con la Festa da Malla de San Vicente y con este Desembarco Pirata que recuerda los saqueos ocurridos en esa misma parroquia hace más de dos siglos.

Esta cita en concreto parece haber conseguido una importante implicación del comercio y la hostelería, lo cual en un municipio turístico como el meco se antoja crucial para que la idea se afiance en el tiempo.