Ravella busca una "solución de futuro" para el parking Xoán XXIII y esta podría llegar desde el sector bancario. La entidad que concedió la hipoteca para la construcción del aparcamiento subterráneo, hace ahora once años, valora la posibilidad de asumir la gestión, teniendo en cuenta que la empresa concesionaria está en concurso de acreedores y debe al banco más de 1,4 millones de euros.

Según explica el Concello en un comunicado, la entidad bancaria asumiría directamente la administración del parking a través de una sociedad que se dedica a esta misma actividad en distintos puntos de España. Entienden que esta sería la forma más sencilla de recuperar el dinero invertido.

Directivos del banco y el alcalde, Alberto Varela, se reunirán en los próximos días ya que son varios los escollos a salvar. "Habría que solucionar asuntos no menores como la necesidad imperiosa de que se arreglen los desperfectos existentes en el edificio después de tantos meses de abandono o poco mantenimiento", explica un portavoz de Ravella. Derivado de esto, también es necesario mejorar la seguridad, demás de solventar las deudas de la empresa concesionaria, Proinsa, y el cumplimiento estricto de los horarios de apertura.

Recuperar la concesión

Esta es una de las dos alternativas que se barajan para sacar al parking Xoán XXIII del atolladero en el que se encuentra. La otra posibilidad pasa porque el Concello recupere la concesión, lo que obliga a negociar con los administradores concursales. El gobierno local está pendiente de que los administradores se trasladen de Madrid a Vilagarcía para conocer "in situ" las deficiencias del aparcamiento.

Fue en el año 2005 cuando se abrió al público el parking Xoán XXIII, con 242 plazas disponibles y ubicado junto a la Casa Consistorial. Fue promovido por Proinsa y Teconsa ejecutó las obras. Las dos empresas pertenecen a un único grupo que se declaró en concurso de acreedores en 2010 debido a sus problemas económicos, que en Vilagarcía derivaron en el impago del canon de la concesión municipal.

La situación derivó también en numerosos problemas en la prestación del servicio con la reducción de horarios y personal, que motivaron numerosas quejas de los usuarios. Los múltiples requerimientos realizados desde la administración local para solucionar las deficiencias en el servicio fueron atendidas de manera parcial, pero el Concello no pudo adoptar entonces medidas más contundentes, como iniciar el expediente de recuperación de la concesión, por las deudas en cuanto a la financiación de la obra. Porque los 1,7 millones de euros que se invirtieron en la construcción del parque procedían de una hipoteca que vence en el año 2021.

En el año 2014 Proinsa debía al banco más de 1,4 millones de euros, a los que hay que añadir los intereses de demora por impago. En cuanto al Concello, la empresa le adeuda ya casi 75.000 euros correspondientes al canon (3.005 euros por año).