La alondra común (Alauda arvensis), conocida en gallego como "laverca", es una de las especies que encuentran refugio y zonas de nidificación en la península de O Grove, y más concretamente en espacios abiertos como los de Con Negro y A Lanzada.
Es por ello que se trata de una de las especies que el Concello trata de dar a conocer para favorecer su protección. Lo hace desde la concejalía de Medio Ambiente que dirige Ángeles Domínguez a través del Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO), aprovechando que este pájaro ha sido declarado "Ave del Año en Galicia" por la Sociedade Galega de Ornitoloxía (SGO) con el propósito de alertar sobre su declive.
De este modo desde el PIO se hace saber que la alondra común está presente en la comarca de O Salnés y ocupa "zonas abiertas con grandes campos y dunas poco pobladas de vegetación", que en el caso concreto de O Grove se localizan en "los campos que acceden a la zona de Con Negro y a la duna del istmo de A Lanzada, compartiendo hábitat con lavanderas boyeras, buitrones, chorlitejos patinegros y otras especies".
Del mismo modo se aclara desde el Concello que en estos espacios de la localidad, caracterizados "por ser suelos secos y con cobertura vegetal de hasta un 50%, las alondras nidifican en pequeñas depresiones del suelo", contabilizándose entre 10 y 15 parejas reproductoras.
El PIO, que en los últimos meses ha adquirido un protagonismo significativo en lo que se refiere a promoción de los valores naturales de la localidad, argumenta también que "si ambos miembros de la pareja sobreviven a los meses invernales continúan juntos la siguiente primavera y pueden llegar a formar pareja de por vida".
Y a este respecto hay que destacar una vez más el papel de O Grove como refugio invernal, ya que como sucede con otras muchas especies de aves cuando bajan las temperaturas "la población de alondras se incrementa, ya que recibimos individuos procedentes de diversos países del norte y oeste de Europa que huyen de la escasez de alimento y de las duras condiciones climáticas".
Se trata de alondras invernantes que en sus movimientos migracionales recalan en tierras grovenses para agruparse en "grandes bandos que se asientan en las zonas más favorables de O Grove y áreas circundantes, llegando su número al centenar de aves en el mes de enero".
Aclarado esto, y para que los ciudadanos aprendan a identificar las numerosas especies que se dan cita en el municipio, ya que la divulgación es uno de los objetivos principales del PIO, el Concello señala que "cuando paseamos por el istmo de A Lanzada en primavera o verano es habitual oír una sucesión de trinos melodiosos, encadenados y repetitivos, sin pausa entre ellos, que proceden de lo alto del cielo, aunque casi resulta imposible saber qué emite ese canto".
Se trata de la alondra común, "un ave familiar y discreta de color pardusco y con hábitos terrestres" que suele ocupar "zonas abiertas y desarboladas, como áreas agrarias y llanuras, tanto de vegetación natural como de cultivo".
A pesar de esa vinculación y dependencia del suelo "asciende cantando casi verticalmente, describiendo círculos y manteniéndose en el aire a alturas de hasta cien metros emitiendo su trino durante varios minutos, para después perder progresivamente altitud y tras parar el canto dejarse caer de forma repentina al mismo punto del que salió".
Ni que decir tiene que, como todas las aves, su papel es fundamental, sobre todo porque "su dieta incluye tanto materia animal como vegetal" en la que "son especialmente importantes los insectos", sobre todo en verano, mientras que en otoño e invierno se inclina por las "semillas de cereal y de las malas hierbas", según explican en la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).
