José Luciano Núñez Villanueva, conocido en el argot vecinal o policial también como "Chano" o "Lucky Luciano el americano" fue juzgado en 1993 por su implicación en la operación Mago. Frente a él, el fiscal especial antidroga Javier Zaragoza le interrogaba sobre su supuesta vinculación con el clan de los Charlines. En la vista, Núñez Villanueva negó conocer al patriarca de dicha familia de traficantes vilanoveses, y entre sollozos y lágrimas llegó a afirmar que había sido funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y que le había servido comidas a los presidentes de ese país Gerald Ford y Jimmy Carter, al sha de Persia, a Sadam Hussein, entonces presidente de Irak, o al emperador de Japón, entre otras personalidades de relevancia mundial.

Veinte años después sufrió el asalto, viéndose sometido a un terrible calvario físico en su casa. Núñez dijo que le habían robado entre 700 y 1.000 euros, un teléfono marca Iphone y joyas de oro y plata. Desvinculó los hechos del narcotráfico. En declaraciones a FARO manifestó que "hace más de 20 años que no tengo nada que ver con las drogas... En su día anduve con chocolate (hachís) y ya pagué por eso con la cárcel. Desde entonces no estoy metido en narcotráfico ni en nada de eso. Tengo una empresa, una vida y una familia que ya no me permitiría volver ahí. Y para mí lo más importante es la familia".