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Vecinos de Padrenda quieren recuperar un panteón destinado a los sacerdotes

La localidad carece de párroco desde hace años -Solo está ocupado uno de los nichos por un cura fallecido hace 40 años -La ampliación del camposanto lleva años de retraso

Vista de una de las calles del cementerio de Padrenda. // Iñaki Abella

La ampliación del cementerio de Padrenda sigue en punto muerto al no cristalizar, tras año y medio de gestión, la comunidad de propietarios que debe abordarla. Dicha comunidad, en proceso de gestación, no acaba de obtener su partida de nacimiento con la aprobación de los estatutos que deberían reglamentar la entidad y el cementerio parroquial, por cuanto permanece a expensas de una autorización de Arzobispado de Santiago para declarar de interés parroquial un panteón que en su día los vecinos pagaron, construyeron y luego cedieron a la iglesia para enterrar en él a sacerdotes de la parroquia. Pero como quiera que Padrenda carece desde hace años de sacerdote residente en la parroquia los vecinos pretenden que el panteón sea devuelto a la comunidad. Dicho panteón alberga tres nichos, de los cuales solo fue utilizado uno hace 40 años cuando se enterró en él al último sacerdote que residió en Padrenda.

La intención de la comunidad de propietarios es contemplar la posibilidad de un panteón en régimen de alquiler, en base a una cuota blanda y por un período de diez años prorrogables. Se trataría con ello de dar servicio a aquel vecino que, por circunstancias diversas, no se haya avenido a construir panteón y que tenga la necesidad del uso de uno por cuestión familiar. El dinero de esa cuota de alquiler se tendría que emplear en obras de mejora en el propio cementerio. Y esa cripta que se pretende para ceder en régimen de alquiler es precisamente el de los curas que los vecinos quieren que sea devuelta ahora a la parroquia. Cierto que, según afirman los promotores de la comunidad de propietarios en proceso de gestación, la decisión, tras su petición formal, la tiene en su mano el Arzobispado de Santiago, pero su fallo se viene dilatando en el tiempo lo que está llevando aparejado que la comunidad no apruebe sus estatutos, no se regule, y no puedan iniciarse así las obras.

La ampliación del cementerio es una actuación que, ante la ausencia de una asociación vecinal en Padrenda, comenzó a impulsar el concello en 2007. El arranque fue ya de por sí complejo por cuanto, para acometer la obra, era preciso obtener un permiso del Arzobispado dado que la ampliación se iba a llevar a cabo en una parcela de 600 m2 que pertenecía al iglesario. El concello consiguió dicha autorización y, a partir de ahí dejo el asunto en manos de los vecinos. Fue la entonces edil del anterior grupo de gobierno, Susana Otero, quien lideró y, de hecho lo sigue haciendo, el proyecto que se pretende puede arrancar este año.

El cementerio de Padrenda dispone en la actualidad de 99 panteones que se traducen en un total de 297 nichos. La ampliación supondría la construcción, inicialmente, de una treintena de panteones, lo que significaría incrementar en un 30 por ciento la capacidad del actual camposanto, si bien existe superficie para aumentar dicho número en futuras fases si aparecen más solicitudes.

Las obras conllevarían además la construcción de una zona común de columbarios y una mejora de todo el camposanto con la construcción de unos aseos públicos adaptados también para discapacitados, un almacén para albergar material de limpieza y de mantenimiento, y una mejora del acceso al cementerio actual con la construcción de nuevas escaleras con menos pendiente, además de una rampa de acceso para discapacitados con el fin de adaptarse a la ley de accesibilidad. Y es que al actual cementerio de Padrenda se baja ahora por unas escaleras muy pronunciadas, tanto que se convierten en peligrosas por lo que muchos mayores son reticentes a acceder por ello al camposanto cuando se celebran actos fúnebres.

Es precisamente esta obra común que beneficiaría a todo el cementerio lo que justificaría la inclusión de todos los vecinos en la comunidad de propietarios que se pretende crear, y no solo de aquellos que se acojan a la ampliación propiamente dicha.

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