Las cofradías también han llamado la atención en más de una ocasión por el devastador efecto que las riadas de agua dulce tienen algunos inviernos sobre los bancos marisqueros. Éste ha sido por tanto otro de los aspectos abordados en la conferencia de prensa de ayer. En ella, Xaquín Rubido explicó que según un estudio elaborado por el biólogo José Manuel Parada -una eminencia en bivalvos que trabajó para la Xunta o la organización ecologista WWF- y el profesor de Economía de la Universidade de Santiago de Compostela Sebastián Villasante, los mariscadores arousanos que acuden al libre marisqueo en Os Lombos do Ulla dejaron de ingresar un millón de euros en el invierno de 2013-14 debido a la gran mortandad de marisco.

"Y eso sin contar el lucro cesante, referido por ejemplo a la merma de individuos y de semilla para las campañas siguientes. Esa es únicamente la pérdida que tuvieron de marisco no vendido", apostilla Xaquín Rubido.

El presidente de la PDRA considera que buena parte de la culpa de estos picos de mortandad las tienen los responsables de los embalses de Caldas -en el río Umia- y de Portodemouros -en el Ulla-, ya que al abrir las compuertas en épocas de lluvias intensas aumentan espectacularmente el volumen de agua dulce que llega a los bancos marisqueros.

"Los embalses carecen de un protocolo de actuación que tenga en cuenta que en la desembocadura de estos dos ríos están los bancos marisqueros más ricos e importantes de Europa", prosigue Rubido. "Eso hay que regularlo".