Cuatro décadas después de la muerte del dictador Francisco Franco, el militar todavía continúa atesorando los más altos honores del Concello de O Grove. A esta situación "anómala" pretende poner fin el grupo de gobierno socialista, que llevará al pleno del día 30 una moción en la que propone la retirada de los títulos que le otorgó al militar la corporación el 20 de septiembre de 1949. En concreto, los títulos que posee Franco son el de Hijo Predilecto, Alcalde Honorario y la concesión de la Medalla de Ouro, unos reconocimientos que ningún gobierno de los que ha tenido O Grove se planteó retirar hasta el momento.
Esta decisión se toma en virtud del cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que entró en vigor en 2008, en la que se insta a la eliminación de cualquier tipo de exaltación o reconocimiento a un régimen antidemocrático como fue el franquismo. Explican los socialistas en su propuesta que "pasadas las páginas más oscuras de la historia de España, es de rigor corregir aquellas cuestiones que son solucionables, buscando la justicia".
Además de la retirada de estos honores, la moción insta a hacer constar el hecho en las actas municipales y en el archivo histórico del Concello, además de añadir un encarte en las actas del pleno del 20 de septiembre de 1949 en el que "se haga constar esta moción y la consecuente retirada de honores para que dicha circunstancia quede claramente explicada a las generaciones venideras".
Aunque nunca se retiraron los reconocimientos a Franco, es cierto que anteriores corporaciones dieron pasos para acabar con las huellas del franquismo. Lo hizo la corporación de 2008, cuando se eliminó el monolito de los Caídos que se encontraba en las inmediaciones de la Fonte do Galo. Además, el 24 de noviembre de 2008, el pleno de la corporación aprobó una moción del BNG instando al cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica. Entre esos acuerdos se encontraba la de dedicarle el nombre de la calle donde se va a instalar el edificio administrativo al alcalde Xacobe Barral Otero, colaborando así en la restauración de su memoria. Ese acuerdo pudo ser cumplido el pasado 14 de abril, ocho años después de que se aprobase la moción. Barral Otero llegó a la Alcaldía de O Grove en junio de 1936, siendo detenido tras la rebelión militar. Aunque fue condenado a muerte, su pena se conmutó posteriormente por otra de cadena perpetua, llegando a estar confinado en la isla de San Simón. Falleció en los años 90 del pasado siglo.
