La Policía Local de Vilagarcía acudió ayer a al menos tres establecimientos comerciales de la zona de Rubiáns, según indica el presidente de la asociación de vendedores de la plaza de abastos, Juan Carlos López, después de que éste denunciara que estaban abiertos al público de forma supuestamente irregular. Se trataba de una carnicería, un supermercado y una tienda de productos congelados. La legislación autonómica "no permite abrir en Galicia el día 17 de mayo. Solo pueden hacerlo establecimientos de venta de libros", al conmemorarse el Día das Letras Galegas, afirma López, que dice que "parece que algunos están por encima de la ley y pueden hacer lo que le quieran. Es injusto para los que sí cumplimos" la normativa. El portavoz del colectivo de placeros fue advertido de la apertura de estos comercios a media mañana y, pasadas las 13.30 horas no dudó en acercarse a la zona para comprobar de primera mano si las informaciones que le llegaban eran correctas. Incluso entró en el supermercado y compró un botellín de agua para conseguir un ticket que acreditase que el local estaba abierto y, así, poder presentar denuncia. Lo mismo hizo en los congelados, donde adquirió guisantes.

La normativa prevé sanciones

Juan Carlos López se personará hoy en el Ayuntamiento para formalizar la denuncia, que ayer ya transmitió verbalmente a la Policía. Una patrulla acudió a Rubiáns y estuvo hablando con los comerciantes. Algunos alegaban que la legislación permite abrir incluso en domingos y festivos a tiendas de menos de 300 metros cuadrados y, de hecho, tras la visita de los agentes municipales mantuvieron sus puertas abiertas al público. Sin embargo, López asegura que esta premisa no afecta a determinadas fechas como "el 1 de enero, el 17 de mayo, el 25 de junio y el 25 de diciembre", en las que, según explica, no estaría consentida la apertura "de ningún comercio".

El presidente del colectivo de vendedores de la plaza de abastos no duda en calificar lo sucedido ayer como "un despropósito", lamentando que dentro del sector haya quienes "se salten la ley a la torera". Recuerda que una situación similar se produjo también el año pasado y terminó, al igual que ayer, con la intervención de la Policía Local. La Ley de Horarios Comerciales de Galicia, cuya última modificación fue aprobada por la Xunta en febrero de 2013, establece sanciones económicas para quienes incumplan los preceptos en ella fijados. Así, se prevén infracciones leves, con apercibimiento o multa de hasta 1.500 euros; faltas graves, con una sanción de entre 1.501 y 50.000 euros; y las infracciones muy graves, que acarrean castigos de entre 50.001 y un millón de euros.