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José Luis Prado: "Llevo más de 30 años en la música sin cobrar, solo la satisfacción de lo actuado"

"Cuando estaba dentro de la orquesta la vivía, ahora al verla siento una gran emoción"

José Luis Prado, exdirector de la Orquesta de Pulso y Púa Arousa. // Iñaki Abella

Casi tres décadas en la orquesta de Pulso y Púa Arousa, de la que fue su director, y otros tantos años al frente de la Coral de Vilanova, además de dirigir el Orfeón de Voces Graves, dan fe del gran amor que profesa a la música el vilanovés José Luis Prado.

- ¿Cómo y cuando se vinculó a la Orquesta de Pulso y Púa Arousa?

- Nos remontamos por lo menos al año 1988, por lo que la orquesta tiene por lo menos 28 años.

- ¿Cuáles fueron sus inicios?

- Esta orquesta no se fundó. Sus inicios se remontan a cuatro amigos de la Facultad de Ingenieros de Vigo que habían participado en una tuna en la universidad, comenzaron a reunirse uno día para tocar juntos unas canciones de aquellas de la tuna y tomar unos vinos juntos. Como los cuatro eran de Vilagarcía, comenzaron a ensayar en el antiguo Mercantil donde está la Casa da Cultura, en Rey Daviña. En el Salón García.

- ¿Y como se dio el salto a la orquesta?

- Empezaron a sumarse más componentes y vieron que la cosa salía bastante bien y comenzaron a reunirse todas las semanas. Entonces el Liceo Marítimo, que estaba frente al Concello, les ofreció un local para ensayar. A partir de ahí fue cuando empezaron juntar más gente. Así entré yo, entre uno y dos años después.

- ¿Cómo los conoció?

- Eran amigos míos también, los conocía de toda la vida. Yo tocaba el violín y me incorporé a la orquesta. Cuando yo llegué ya éramos una veintena de músicos. La orquesta la sacó adelante Alfonso Galbán que la dirigió en los primeros años. Pero luego tuvo problemas personales muy graves y tuvo que dejarla. Entonces me escogieron a mi para seguir adelante con la dirección de la orquesta.

- ¿Cuántos años estuvo dirigiendo la orquesta?

- Estuve 26 años, desde que asumí el cargo tras Alfonso Galbán hasta finales del año pasado, que tuve que dejarla por motivos de salud. Yo siento lo mismo, lo que pasa es que no puedo manifestarlo como lo hacía cuando estaba en mi apogeo. Entonces, para no poder rendir lo que rendía, decidí retirarme. Hay que dejar paso a otras personas.

- ¿Volvió a reencontrarse con sus compañeros de la orquesta?

- Si, el otro día estuve en el ensayo. Ahora tienen un chaval estupendo que estuvo tocando en Los Duendes durante bastantes años. Es de Marín, se llama Alex. Es una persona muy competente y creo que va llevar la agrupación adelante mucho mejor que yo. La orquesta sigue, y a mi me encanta que siga porque fue parte de mi vida. Ese cariño que le tengo lo llevaré siempre hasta mis últimos días.

- ¿Dedicó su vida musical a la orquesta de pulso y púa Arousa?

- Sí, pero hice más cosas aparte de eso. También fui durante 30 años director de la Coral Polifónica de Vilanova.

- ¿Cuáles son los recuerdos más bonitos que tiene de la orquesta?

- Muchísimos, pero por ejemplo, el concierto que dimos es Estrasburgo, en la Comunidad Europea. Para mí fue lo más bonito, tanto el viaje, como la actuación y el trato de la gente. También recorrimos todo Galicia y parte de España con nuestras actuaciones. Estamos muy satisfechos de los trabajos que hicimos y de lo bien que supimos representar a Vilagarcía y a Galicia.

- ¿Siempre en la orquesta instrumental?

- Hace dos años aproximadamente surgió la idea de crear un coro de voces graves que no existía en Vilagarcía. Un coro solo de hombres. Un compañero nos insinuó si podíamos incorporar a la orquesta un coro de voces de hombres. Lo creamos hace dos años; se llama Orfeón de voces graves Arousa, y está dando un resultado fantástico. Yo también dirigí el coro porque, durante 30 años había dirigido la coral de Vilanova. Por desgracia, cuando yo marché parece que no siguieron. Pero recuperamos algunas de las voces de este coro con componentes de la coral del Liceo de Vilagarcía y formamos el Orfeón con un grupo de veintitantos hombres, que suena de maravilla.

- ¿Orgulloso de ambas agrupaciones?

- Sí, creo que están funcionando muy bien porque todos sus componentes son personas que llevan la música en la sangre. Uno de ellos es José Luis Sanz, que es un fuera de serie, aunque, al igual que yo, no tenemos carrera musical. Lo hicimos todo a fuerza de tesón, voluntad y amor por la música. Los arreglos que hacemos son únicos, salen de él, y como los lleva dentro, lo interpretamos a nuestra manera.

Creo que lo que llevamos hecho, con humildad, fue una labor muy buena. En primer lugar me satisfizo a mi muchísimo. Yo con esto disfruté toda mi vida al máximo. Yo tengo la satisfacción de que queda muy buena gente siguiendo este trabajo. Incluso uno de mis hijos es solista del coro. Si continúa es por la calidad de las personas, no solo de músicos, porque los músicos se hacen, se mejoran, pero las personas son, y tuvimos la gran suerte de contar con un gran grupo humano.

- ¿Se ha emocionado?

- Cada vez que hablo de estas cosas me emociono muchísimo. Tengo un gran afecto por los miembros de la agrupación y yo creo que también ellos lo tienen por mi. Me emociono porque son muchas cosas las que hemos pasado juntos. Cada vez que voy a verlos a un ensayo siento algo especial.

- ¿El orfeón sigue vinculado a la orquesta?

- De momento sí, aunque el actual director de la orquesta no puede hacerse cargo, como yo, del coro de voces graves y han tenido que buscar otro director. Sí actúan juntos, aunque pueden hacerlo por separado. Ahora ya es diferente, a pesar de que ellos están encantados de estar integrados en la orquesta.

- ¿Qué temas le gustaba más dirigir e interpretar con la orquesta?

- No tengo preferencia. Me gusta la música que esté bien armonizada e instrumentada. Desde la música clásica a la moderna. Hicimos temas de Mozart, de Beethoven, de Wagner, pero también hicimos recopilaciones de temas de los Beatles, de Glenn Miller, de música folclórica, en fin, una gran variedad de temas.

- ¿Ahora qué siente verlos como espectador, desde el otro lado?

- Cuando estaba dentro lo vivía, ahora lo siento. Ahora voy a un ensayo y no puedo estar todo el tiempo porque me emociono de tal forma, que tengo que salir. Fueron muchos años. Llevo más de 30 años en la música sin cobrar ni una peseta, solo por la satisfacción de lo que hice. Mi vida económica era otra, tenía una empresa que debía atender, una tienda de muebles en Vilanova que me daba de comer, "Muebles Prado", y la tuve hasta que me jubilé.

- ¿De donde le viene ese gran amor a la música?

- Lo heredé de mi padre y de mi abuelo. Mi abuelo fue uno de los fundadores de la Banda de Música de Vilanova. Cuando mi abuelo murió, siguió en la banda un hermano de él, después pasó a un primo de mi padre y después fue mi padre el que se hizo cargo. Yo empecé a aprender música con ellos desde los cinco o seis años. Era una banda de música de barrio, donde aprendí lo básico. Después fui haciendo cursillos para aprender más en lo que me gustaba, buscando siempre la forma de mejorar.

- ¿Cual fue el último concierto que dirigió con la orquesta de Pulso y Púa?

- El último concierto lo dirigí en diciembre del año pasado y dejé la orquesta a finales del mes, porque en los primeros meses del año hay menos conciertos, para dar tiempo a preparar otra persona. Me costó mucho trabajo dirigirme a ellos para decirles que no seguía.

- ¿Consiguió de verdad alejarse del mundo musical al que dedicó tantos años?

- Sí, pero hice más cosas aparte de eso. También fui durante 30 años director de la Coral Polifónica de Vilanova.

- ¿Dedicó su vida musical a la orquesta de pulso y púa Arousa?

- Soy muy inquieto y no conseguí dejarlo todo completamente. Ahora asesoro a un coro de voces de personas mayores de Cambados que dirige una chica joven que me pidió ayuda. Solo voy una vez por semana, pero me encanta hacerlo porque es la forma de seguir en contacto con la música. Es el coro Santa Mariña.

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