"Como anunciamos oportunamente a nuestros lectores, mañana domingo tendrá lugar en la playa de La Lanzada la solemne colocación de la primera piedra del Sanatorio Marítimo Antituberculoso Príncipe de Asturias", en honor de Fernando VII. Así anunciaba FARO DE VIGO el 8 de septiembre de 1928 el comienzo de los trabajos del edificio que hoy en día se conoce como Pousada da Lanzada.

Tres años antes el afamado médico Miguel Gil Casares luchaba contra la enfermedad en Galicia y organizaba en A Toxa el "I Congreso Antituberculoso de España".

Diferentes localidades gallegas se ofrecían a construir un sanatorio, pero el doctor Gil Casares defendía que la mejor ubicación era A Lanzada, y así se acordó en aquel congreso". En julio de 1926 el Gran Hotel La Toja fue escenario de la constitución de la "Junta del Patronato del Sanatorio Marítimo de A Lanzada", con un presupuesto de 87.482,90 pesetas, donadas por particulares.

El sanatorio para tuberculosos permaneció en funcionamiento hasta 1958, cuando la Diputación obtuvo una oferta gratuita para o internado de los enfermos de tuberculosis en los sanatorios de Oza y San Rafael. Los enfermos internados en A Lanzada fueron trasladados, y al parecer para evitar las posibles reclamaciones los niños del Hogar Provincial fueron derivados al centro de A Lanzada para que pasaran allí sus vacaciones de verano, siendo éste el germen de los campamentos que aún se celebran hoy en día. Siguió como colegio hasta 1976, que fue cuando empezó a funcionar como centro vacacional.

En 1951 la Diputación había solicitado al Concello 5.000 metros cuadrados de terrenos situados sobre la playa para realizar una ampliación, y el 9 de febrero de 1952 el secretario municipal, Eduardo Fernández Eiriz, advirtió al pleno de la corporación de que en la cláusula cuarta del acuerdo de cesión del terreno de A Lanzada al Patronato se expresaba claramente que se hacía en usufructo y con carácter de intransferible mientras existiera y funcionara el sanatorio, "sin que el terreno pueda ser explotado para otros fines".

En 1953 el Concello accedía a la cesión solicitada por la Diputación en 1951, exigiendo como contrapartida la mejora de los accesos y caminos de la zona".