Las peleas callejeras, agresiones, destrozos de vehículos, pintadas en edificios públicos y privados, los continuos robos que se denuncian en la comarca -aunque no salen a relucir todos los que se registran- y los efectos derivados de la práctica del botellón -que con la mejoría del tiempo intensificará su presencia en las calles- hacen que aumente la sensación de inseguridad ciudadana en O Salnés y el Ullán.

Hay casos muy recientes y especialmente graves, como el que protagoniza Julio Prieto, un vecino nacido en 1994 en San Vicente de O Grove que ayer fue agredido por un par de jóvenes que, además, apalearon y destrozaron su coche.

Sucede un par de semanas después de que un vilagarciano recibiera dos puñaladas, propinadas por un chico al que no conocía y que, según relató el herido, lo habría abordado y agredido en la calle solo para superar "una prueba" e integrar una pandilla.

A esto hay que sumar la sucesión de robos registrados en los últimos meses tanto en O Salnés como los municipios del Ullán, como también los destrozos causados en el mobiliario urbano prácticamente cada fin de semana, para entender mejor la creciente preocupación vecinal.

En realidad esta inseguridad ciudadana que provoca la indignación de los arousanos no es solo una sensación. Para constatar que existe y que la carencia de medios, sobre todo humanos, es notoria, basta revisar las declaraciones efectuadas por representantes políticos de distintos partidos e incluso mandos de las fuerzas de seguridad.

Hace solo unos días, sin ir más lejos, se presentó oficialmente el nuevo inspector jefe de la Comisaría de Policía Nacional en Vilagarcía, José Emilio Rodríguez Ramos, y no dudó en declarar que "el reto de esta nueva etapa es velar por la seguridad de los vilagarcianos", reconociendo que "faltan medios humanos" y que es el esfuerzo de cada agente el que permite superar "ese inconveniente".

Lo mismo reclamó el alcalde, Alberto Varela, que incluso se entrevistó con el subdelegado del Gobierno para pedir refuerzos en Comisaría; demanda igualmente formulada por representantes sindicales que llegaron a organizar concentraciones de protesta por la escasez de efectivos.

La esperanza del comisario es que la plantilla pueda reforzarse en los próximos meses, y ese es el deseo de otros muchos mandos, vecinos y políticos en municipios donde tienen escasez de agentes de Policía Local y de Guardia Civil.

La benemérita de Valga, por ejemplo, está bajo mínimos, a pesar del amplio radio de acción que sus guardias deben atender. Y lo mismo puede decirse del destacamento asentado en O Grove. El alcalde meco, José Antonio Cacabelos Rico, ya pidió refuerzos para este cuartel, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un municipio turístico que en verano multiplica por cuatro su población.

Lo que sucede es que en esta misma localidad los vecinos y los políticos también llevan meses quejándose de la carencia de policías locales suficientes, y sobre todo de la ausencia de patrullas nocturnas, que es algo que también preocupa en otras localidades arousanas.

Igual de llamativo resulta que sigan existiendo ayuntamientos que carecen de Policía Local y donde la aparición de la Guardia Civil es muy puntual, casi anecdótica, ya que dependen de los cuarteles ubicados en otros municipios que, como queda dicho, tampoco están suficientemente protegidos debido a la escasez de efectivos.

Con todo esto parece lógico que arrecien las críticas vecinales, especialmente los fines de semana y cuando se registran robos continuos o se producen altercados especialmente graves, como en el caso de los antes aludidos de O Grove -donde ayer de madrugada también ardieron unos aparejos de pesca- y Vilagarcía.

"Si de madrugada ocurre algo grave en O Grove no tienes policía a la que llamar, y si tratas de contactar con la patrulla de la Guardia Civil puede que tampoco esté localizable o que se encuentre en Sanxenxo, con lo que siempre llega tarde", explican vecinos de la localidad meca que han tenido problemas de seguridad pública.

"Ya no se puede salir tranquilamente por la calle a partir de cierta hora; ni siquiera estás seguro si madrugas un domingo, ya que puedes encontrarte a unos pandilleros que están 'de movida' en estado ebrio o drogados que se meten contigo, te agreden e incluso pueden acuchillarte", relatan vecinos de Vilagarcía que han presenciado situaciones violentas y familiares del joven acuchillado hace un par de semanas.