El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) decretó ayer el cierre de siete polígonos bateeiros en las rías de Arousa y Vigo. Esto solo sirve para confirmar que el episodio tóxico primaveral que se arrastra desde finales de marzo sigue latente y mantiene el comportamiento esperado, provocando una ausencia prácticamente absoluta de mejillón en las rías gallegas.
Es cierto que ocasionalmente pueden producirse algunas descargas puntuales de producto, pues del mismo modo que hay 46 polígonos cerrados en toda Galicia hay otros seis que siguen operativos, dos de ellos en la ría de Ares-Betanzos, uno en la de Arousa y tres en la de Vigo.
Bajo rendimiento
Pero también es verdad que se trata de un número casi testimonial de bateas y que en esta época del año el molusco no alcanza un rendimiento adecuado, de ahí que las descargas en los polígonos aún operativos sean mínimas y pueda hablarse, en la práctica, de un cierre completo de actividad.
Se trata, como se anunció en cuanto se produjeron los primeros cierres, de una consecuencia directa del afloramiento de primavera, pues las corrientes que entran en las rías no solo arrastran nutrientes al interior, sino también el fitoplancton portador de biotoxinas que ingieren las diferentes especies, de ahí que se desaconseje o prohiba su consumo.
Totalmente natural
La naturalidad que rodea al cierre temporal de bateas derivado de estos episodios que popularmente se conocen como "marea roja" es la misma con la que debe entenderse que no existe riesgo alguno para la salud pública, si se consume producto de zonas aptas.
E igualmente debe ser entendible que esta situación va a prolongarse en el tiempo, quizás unas semanas más; al menos hasta que cambien las condiciones meteorológicas y oceanográficas.
En cualquier caso también hay que recordar que los contratiempos para el sector son escasos, precisamente por lo que se explicaba anteriormente, en el sentido de que esta época del año no es la mejor para las descargas de mejillón.
Como tampoco debe olvidarse que en el último semestre de 2015 la ausencia generalizada de biotoxinas permitió un trabajo verdaderamente intenso en los puertos -y especialmente en la industria conservera- que sirvió para colocar en el mercado casi todo el molusco disponible, de ahí que el ejercicio se cerrara con cifras de récord y ahora apenas quede mejillón de talla comercial en las cuerdas.
A efectos de seguimiento de este episodio tóxico puede decirse que ayer se cerraron los polígonos Pobra G, Pobra C, Pobra E1, Vilagarcía A, Vilagarcía B2, Cambados A2 y Redondela E.
De este modo solo están disponibles los polígonos Sada 1 y Sada 2, en la ría de Ares-Betanzos; el Pobra A, en la de Arousa; y los Redondela B, Redondela C y Redondela D, en lo que respeta a la ría de Vigo.
Como puede deducirse en las de Muros-Noia y Pontevedra no hay ni una sola batea con permiso para la extracción de mejillón en estos momentos del año.