Los colegios con alumnos con necesidades educativas especiales como consecuencia de alguna discapacidad física o intelectual tuvieron que adaptar las pruebas oficiales para que estos estudiantes también pudieran realizarlas. En el colegio Rosalía de Castro de O Grove fueron dos los niños en esta circunstancia que se presentaron a la reválida. "Modificamos algunas preguntas para que fueran más comprensibles", explica el profesor Esteban Redondo. Así, en el examen general de inglés de ayer, en la parte de redacción se pedía a los alumnos que contestasen a un correo electrónico enviado por un amigo inglés. A los alumnos de educación especial simplemente se les solicitó una redacción de entre cinco y diez líneas sobre ellos mismos, sus gustos y aficiones.
A Redondo no le pareció "excesivo" el nivel, salvo "un par de palabras más complejas" en las evaluaciones de comprensión y lectura. Los alumnos "salieron contentos", si bien el número de asistentes decreció de 40 el primer día a 32 ayer.