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Una comarca para descubrir a pie

La Mancomunidade tiene registradas una docena de rutas de senderismo que atraviesan los parajes más atractivos de O Salnés

La ruta da Pedra e da Auga atraviesa los Concellos de Ribadumia y Meis. // Iñaki Abella

En los últimos tiempos, la oferta turística de la comarca se ha diversificado para atraer al turismo, destacando, por encima de todo, la inclusión de sendas peatonales que permiten descubrir aspectos de O Salnés prácticamente desconocidos. La Mancomunidade lleva tiempo promocionando estas rutas en su página web, en total una docena, distribuidas por los Concellos de O Grove, Cambados, A Illa, Ribadumia, Meis y Sanxenxo.

En el primero de los municipios, dos son las recomendaciones de la Mancomunidade. La primera de ellas es la ruda de Adro Vello, por la que, además de naturaleza y playas de aguas cristalinas, se pueden encontrar fábricas de salazón o restos arqueológicos, como los de Adro Vello, situados a tan solo unos metros del mar, y en la que se puede apreciar los restos de una villa romana, una antigua necrópolis o la planta de una iglesia visigótica, además de elementos de una fortificación de la Baja Edad Media. La primitiva iglesia, debido a los frecuentes saqueos de piratas y a los golpes de mar, fue trasladada en el s. XVIII a un lugar más seguro, que es el que ocupa actualmente el templo de San Vicente.

La otra ruta es la que se conoce con el nombre de Con Negro-Arte Natural. Parte desde la playa de Barreiro en dirección al sur, bordeando la costa hasta las proximidades de San Vicente do Mar. Allí, orienta hacia el norte por el interior para regresar a su punto de origen. En la ruta se pueden contemplar el lavadero de A Laxe y observar los lugares de Portoxunco y A Batería.

A Illa es otro de los municipios con una importante riqueza natural que se puede observar en las dos rutas que promociona la Mancomunidade. La primera de ellas es conocida como la de Os Pilros, la cual recorre el interior del parque de Carreirón. Pasa por los miradores de Espiña y Punta Revello, antes de girar hacia el sur para llegar a la cala das Margaridas. La ruta finaliza en la playa de As Salinas. La duración del recorrido oscila entre la hora y las dos horas y media, dependiendo de los atajos que se tomen. Una de sus principales características es la de poder observar a los "pilros", unas aves migratorias de pequeño tamaño que abundan en Carreirón.

Con siete kilómetros de longitud, A Illa también cuenta con la Ruta dos Cons, un recorrido que lleva al paseante a acercarse a una serie de formaciones rocosas que cuentan con su propio nombre y su propia historia. Esas piedras han sido esculpidas durante siglos por los efectos del viento, todas salvo una, "O Afogado", una cara esculpida por el escultor Camilo Otero en O Aguiuncho.

Si existe una ruta con solera en la comarca esa es la de la Pedra e da Auga, que atraviesa los Concellos de Ribadumia y Meis. La ruta se diseñó a través de un viejo camino que se recorría los lunes de Pascua para acudir a la Romaría das Cabezas de Armenteira. La ruta sigue el recorrido del río Armenteira, pasando por los molinos de Barrantes y Serén, antes de llegar a la Aldea Labrega, una representación en granito de la vida rural gallega de principios del siglo XX. Empieza aquí la segunda parte de la ruta, que tiene una dificultad media-alta. Es también la zona más sorprendente por su paisaje, naturaleza en estado puro, hasta llegar al Monasterio de Armenteira, construido en el Siglo XII, obra de la arquitectura cisterciense gallega.

Frente a la isla de A Toxa, al sur de la desembocadura del Umia, parte de la playa de Saíñas, en la parroquia de Castrelo, la ruta dos Mazaricos. El recorrido es aproximadamente de 3,5 km. y la duración de unas 2 horas. El mazarico curlí (zarapito) es un ave limícola, de las de mayor tamaño de las migratorias que visitan O Salnés. En dirección sur alcanzaremos el "Bico da Ran", para girar en dirección norte y finalizar en el punto de partida.

También en Cambados se puede recorrer la ruta del monte de A Pastora. Una subida rodeada de robles que se eleva suavemente. Cuenta con una longitud de unos 3,5 kilómetros que se pueden recorrer en una hora y media aproximadamente.

En la parroquia de Castrelo, a la altura de O Facho, es donde comienza la ruta dos Alavancos, el pato común europeo. Tiene una longitud de 3,5 kilómetros y se recorre en apenas dos horas. Además de Alavancos, se pueden encontrar plantas halófitas y cuervos marinos, además de contemplar en todo su esplendor el pequeño mar que se encuentra entre A Toxa y Cambados.

El Umia es el principal nexo de unión del interior de la comarca y no podía faltar en estas rutas. Además de la naturaleza que ofrece, el cauce tiene una gran importancia cultural a lo largo de la historia, naciendo diversos cuentos o leyendas como el del Pontearnelas y el del puente dos Padriños. La presencia del hombre en las orillas del río modifica también el paisaje con la extensión de los cultivos hasta el margen fluvial. La ruta se recorre en poco más de una hora.

Los tres kilómetros de distancia que separan Vilalonga de Sanxenxo pueden recorrerse a través de la ruta das Lagoas, en la que se pueden descubrir las antiguas "telleiras", antiguas fábricas que lucieron todo su esplendor.

La Ruta dos Carballos, también en Sanxenxo, discurre por los terrenos de la parroquia de Bordóns. El camino ofrece al visitante la oportunidad de conocer la cultura popular, la naturaleza y la historia del Concello. El sendero empieza en la plaza de Aldariz, con dos variantes. La más larga, con un recorrido total de 5.800 metros, y otra un poco más corta que reduce el trayecto hasta los 4.150 metros. Ambas permiten visitar el Con da Ventureira o recorrer el Chan da Gorita, el punto de mayor altitud que existe en el recorrido. Tras recorrer el Chan da Gorita el camino empieza a descender hasta llegar a la Carballeira de Leirana que a pesar de su reducido tamaño constituye una de las más importante muestras del bosque zonal. En este punto encontramos el desvío que a través de un camino de menos de un kilómetro de longitud no llevará otra vez al lugar de partida, en la variante corta del recorrido. Si deseamos continuar el sendero baja hacia una pista asfaltada que nos conduce hasta la Iglesia de Bordóns. El camino nos permite observar desde numerosos puntos unas hermosas vistas de la Ría de Pontevedra y las Islas Cíes.

Sanxenxo no es solo tierra de edificios para veraneo, sino que cuenta con elementos arquitectónicos muy significativos, que es por donde nos desplaza esta ruta. Por ella se puede ve el pazo de los Duques de Patiño, la iglesia vieja de San Ginés, el cruceiro de la plaza de Pontevedra y la casa rectoral, el Pazo de Quintáns y la ermita de Nuestra Señora de A Lanzada, entre otros.

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