La peatonalización de gran parte del casco urbano de A Illa es una vieja aspiración que no se ha conseguido concretar, salvo en pequeñas calles como Con do Moucho o Palmeira. En ellas la iniciativa ha funcionado, con comerciantes y hosteleros, sobre todo, satisfechos con esa decisión, pero el objetivo municipal siempre fue proceder a una peatonalización del entorno de la plaza de O Regueiro, el centro neurálgico del casco urbano isleño. Diferentes circunstancias han impedido que se haya llevado a cabo.
Cansados de esperar, un grupo de jóvenes del municipio isleño han lanzado una campaña a través de las redes sociales y de la plataforma Change.org reclamando que se lleve a cabo la peatonalización en todo este entorno. Una de las cuestiones que ponen encima de la mesa es que esa peatonalización puede suponer una importante reactivación económica para el casco urbano. "Es muy probable que la peatonalización reactive parte de la economía", a lo que se suma que la ausencia de vehículos en determinadas calles permitirá a los transeúntes circular con tranquilidad, sin exponerse a ser atropellados.
Insisten en su página de Change.org que "son todo ventajas, aunque haya que adaptarse a cambios como establecer un horario de reparto de mercancía o la recogida de los niños en la guardería". Como ejemplo, ponen decisiones que se han tomado en otros municipios, donde las peatonalizaciones sirvieron para reactivar el pequeño comercio y la hostelería, caso de Pontevedra o Santiago, que mantienen sus cascos viejos libres de la presencia de tráfico rodado.
Mantienen que la puesta en marcha de una peatonalización solo "trae ventajas, tanto para el comercio como para los peatones, y sobre todo, para los más pequeños". No en vano, en las inmediaciones existen varios puntos peligrosos en los que los peatones no pueden percatarse de la presencia de un vehículo cuando se disponen a cruzar la calle, como ocurre en el acceso a O Regueiro desde la calle do Charco.
La peatonalización de todo el entorno de la plaza de O Regueiro es un proyecto que lleva años barruntándose. De hecho, durante algunos años, se llegó a experimentar con el cierre de las calles adyacentes los fines de semana del verano, algo que fue acogido con satisfacción por los hosteleros de la zona. Sin embargo, nunca ha llegado a concretarse por la ausencia de alternativas para sacar el tráfico del entorno de la plaza.
