Los vendedores del mercado municipal de Vilagarcía llegarán cargados de peticiones a la reunión prevista para mañana en Ravella. Los placeros no sólo quieren hablar de las obras de rehabilitación del área comercial, sino que también pretenden tratar cuestiones como los cambios que se van a introducir en la normativa de mercados o la escasa señalización de la plaza de abastos. Juan Carlos López, presidente del colectivo de comerciantes de la plaza, reclamará al gobierno local que "se señalice el mercado en todas las entradas a Vilagarcía", sobre todo pensando en el verano, puesto que "la gente foránea no sabe donde está la plaza y en ocasiones tienen dificultades para localizarla".

El aumento de las ventas "se nota bastante" en la época estival gracias a los turistas, pero López cree que los visitantes todavía podrían repercutir más si el mercado estuviese bien señalizado. "Siempre que viajo a algún lugar voy a la plaza y en todos sitios hay indicadores. Menos en Vilagarcía, que uno tiene que preguntar" para dar con ella, asegura el directivo.

Otra de las peticiones de los placeros guarda relación con las bicicletas, ya que instan a Ravella a que coloque en los exteriores del mercado un sistema de estacionamiento para biciclos.

Traslado por obras

Aun así, el tema que monopolizará buena parte de la reunión será la segunda fase de las obras de modernización de la plaza. La Xunta autorizó el proyecto la semana pasada, después de meses de bloqueo por la exigencia de Patrimonio de reconstruir una antigua escalera que se había eliminado en la primera fase de remodelación. Ahora, con el permiso en la mano y con los trabajos a punto de adjudicarse, sólo queda que Concello y colectivo de placeros acuerden en qué momento se dará inicio a las obras, para que perjudiquen lo menos posible a los vendedores, y a qué lugar se trasladan de forma provisional los concesionarios de los puestos afectados por la reforma. Algunos ya manifestaron que su deseo es que se instale en las inmediaciones del mercado una carpa o módulo anexo, con sus correspondientes divisiones y todos los servicios necesarios para la actividad comercial. Lo que rechazarían de plano sería reubicarse en la planta superior del mercado. Por parte del gobierno municipal se garantiza a los placeros afectados por las obras que no serán trasladados a la primera planta.

Otra de las problemáticas que en los últimos días dieron a conocer los vendedores es la peligrosidad de una rampa en el interior de la plaza, ya que la goma que cubre el hormigón está rota y resbala, sobre todo en días húmedos y de lluvia. Las caídas, tanto de placeros como de clientes, son constantes en ese punto, por lo que instan al Ayuntamiento a que elimine la rampa sustituyéndola por un montacargas que similar que, además, les suponga menos esfuerzo a la hora de introducir o sacar las mercancías de la plaza.