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Colegios e institutos, escépticos con usar cámaras para la prevención del "bullying"

-Serán los propios centros los que decidan instalar o no los sistemas de videovigilancia -Los directores coinciden en que el acoso debe afrontarse de forma multidisciplinar

Un grupo de alumnos,junto a una profesora, en un colegio de Vilagarcía. // Iñaki Abella

La posibilidad de instalar cámaras de videovigilancia en los centros educativos, medida que defiende la Xunta de Galicia para prevenir el acoso escolar y facilitar el seguimiento de "problemas de convivencia" en los centros, es acogida con escepticismo por los equipos directivos de colegios e institutos de Vilagarcía. Si bien algunos creen que podría ser una herramienta útil, aluden a la complejidad de las situaciones de acoso y a la necesidad de abordarlas desde un punto de vista multidisciplinar y no únicamente con medidas coercitivas.

Así lo cree Santiago Penas, director del colegio de Rubiáns, quien apunta que " si bien pueden ser una herramienta interesante en algunos casos y centros, no podemos supeditar todo a las cámaras, sino que el problema debe afrontarse de manera multidisciplinar, por ejemplo con talleres para concienciar" a los estudiantes sobre esta casuística. "Si solo ponemos cámaras para disuadir -continúa Penas- los alumnos saben que los están controlando y esperarán a salir del centro para hacer daño igualmente", reflexiona. Desde su punto de vista, "es difícil decidir si prima más la intimidad" y privacidad de las imágenes "o el beneficio del alumno que sufre acoso". Además, "la casuística no es la misma en todos los centros. Aquí somos pocos y si surge algún problema es fácil de detectar y controlar. El claustro está en alerta y se abre un protocolo de seguimiento del caso", explica.

Opinión muy similar es la que manifiesta Ignacio Castro, director del instituto Cotarelo Valledor. "Ni tenemos cámaras en el centro ni hemos tomado aún ninguna decisión al respecto. Como medida de prevención no lo veo, pero sí puede ser útil para detectar casos", apunta. Eso sí, " es necesario contar con más herramientas a la hora de enfrentarse al acoso, porque este no se produce solo en el recinto escolar, sino que se traslada a fuera. Es muy raro ver peleas en el instituto", ratifica. Por otra parte, cree que la iniciativa de la Consellería de Educación debe estudiarse "muy detalladamente" para tener claro "cuánto tiempo se guardarían las grabaciones, en qué condiciones, qué entidad jurídica se haría cargo de los datos y quién tomaría la iniciativa cuando se detectase algún caso" de bullying.

En la cuestión legal incide Cristian Fariña, director del IES Bouza Brey. "Legalmente es un tema complicado. Un miembro del equipo directivo está asistiendo a charlas sobre esta cuestión y hay opiniones contrarias. No sé como se aplicaría. Por ejemplo, dónde se pone la cámara y cuántas se instalan", se pregunta. Tampoco cree que los sistemas de videovigilancia vayan ser eficaces a la hora de detectar determinados problemas entre alumnos. "Imagina la cantidad de recovecos que tiene el recinto. Incluso en clase, a veces, el profesor no es capaz de percibir el acoso, que puede hacerse únicamente con gestos, actitudes o formas de comportarse". Fariña indica que "lo que ocurre en los colegios es un reflejo de la sociedad, una marea que va en una dirección y que la escuela, por mucho que quiera, no puede ponerle freno". Así, por ejemplo, "se deja de educar en casa" y algunos padres "piensan que la educación hay que darla en el colegio. Es complicado dar pautas de comportamiento a chavales que en sus casas son los que mandan".

Algunos centros de Vilagarcía ya cuentan con cámaras desde hace tiempo. El colegio de Vilaxoán es un ejemplo, pero es un sistema "para prevenir robos. Funciona solo fuera del horario lectivo y nunca graba cuando están aquí los alumnos", comenta la directora, Alicia Porto. "A otro nivel", añade, "entiendo que es complicado, conflictivo y que habría que estudiarlo mucho. Yo no soy partidaria, personalmente", de utilizar cámaras para controlar lo que ocurre en el recinto. "No me parece que vayan a ser tan coercitivas y, además, el acoso es algo mucho más amplio y al que hay que acceder desde múltiples puntos de vista". No descarta, eso sí, que en algún centro concreto puedan ser necesarias por su casuística particular, sobre todo en Secundaria.

Coincide en que "los institutos son más problemáticos" el secretario y profesor del colegio A Lomba, Raúl Lamoso. "En Primaria no veo necesarias cámaras ni tenemos en mente instalarlas. Aquí no sería efectivo, el patio es muy reducido y son los profesores quienes vigilan que todo transcurra con normalidad. "Si hay algún problema se hace un seguimiento para determinar si es una circunstancia puntual o continuada", explica.

La dirección del IES de Carril también se pronuncia sobre la videovigilancia en relación a su centro educativo. "Nunca pensamos en instalar cámaras ni consideramos que sea un asunto vital en nuestro instituto". Además, el acoso, "siendo un tema importante, no es en estos momentos un problema enormemente grave. No tuvimos ni un solo caso de acoso tipificado como tal", pero aún así "el centro participa en algunos programas para la detección" del bullying, como el proyecto "Tutorías entre iguales", apunta Manuel Rodríguez.

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