El afloramiento primaveral que ha traído consigo un incremento de toxinas lipofílicas en las rías gallegas ha provocado ya el cierre de ocho de cada diez polígonos mejilloneros; al igual que se prohíbe la extracción de ostra en tres de los cuatro existentes.

Esto quiere decir que la extracción de mejillón se limita actualmente a once polígonos bateeiros, nueve de los cuales están localizados en la ría arousana, mientras que los otros dos se sitúan en Ares-Betanzos.

En concreto, el sector dispone en la actualidad de los polígonos Pobra G, Pobra A, Pobra B, Pobra C, Pobra E1, Pobra E2, Vilagarcía B2 y Cambados A2, junto con los dos de Sada.

Abundando en lo explicado la semana pasada, hay que destacar que las descargas son ahora casi anecdóticas, pero también cabe recordar que el actual no es un buen momento para el mejillón en cuanto a tamaño o rendimiento, de ahí que los trastornos o perjuicios causados por este cierre masivo de bateas sean menores.

Tampoco está de más incidir en que estos episodios naturales se repiten cada año, y sobre todo suelen producirse en primavera, de tal forma que el sector mitilicultor ya está acostumbrado a convivir con ellos.

Infaunales

En cuanto a la afección de las biotoxinas sobre los bancos marisqueros, hay que indicar que los hay cerrados solo en las Rías Baixas.

En Arousa mejoró la situación, de forma que solo está clausurada una de sus siete zonas, mientras que en la ría de Pontevedra tienen tres cerradas y dos abiertas. En Vigo también hay una zona inoperativa, lo que supone cinco aptas para la extracción de infaunales.