En San Miguel, el río Valga baja despacio y acompaña a los peregrinos en la última etapa del Camiño Portugués a Santiago de Compostela. Sobre el puente que lo cruza, a un paso ya de los albergues de Pontecesures y Padrón, reaparecen los ánimos de los caminantes después de 20 o 25 kilómetros a pie, en bicicleta o a caballo. El goteo de viajeros es constante. En solitario, en pareja o en pandilla; jóvenes y adultos, hombres y mujeres; de todos los países y condición económica o social, la Semana Santa es una de las mejores fechas para hacer este "espiritual" trayecto que en Galicia cruza desde Tui a la Plaza do Obradoiro. Muchos reconocen que les mueve la fe; otros defienden la belleza del paraje natural, el ejercicio físico, la alternativa de ocio. Las motivaciones son infinitas, aunque a todos une un propósito: a ser posible alcanzar la meta.

"Hace siete años que reservo cinco días para hacer el Camino a Santiago, cada vez escogemos una ruta, y ha tocado el Portugués", explica el madrileño Manuel Elizalde a solo un día de cumplir de nuevo su propósito y que viaja acompañado por su amigo Javier Moscat y los cuatro hijos de ambos.

Desde Londres realiza el recorrido en solitario Caroline Sice quien ensalza no solo la belleza del entorno sino la enorme "amabilidad de las gentes". Es la segunda vez que realiza el Camino, en esta ocasión desde Tui, con un doble objetivo que resume en "ejercicio físico y mental".

Pero el Camino es mucho más que una oferta de senderismo para turistas. Los objetivos son tan variopintos que para unos prima el afán religioso y para otros unas tremendas ganas de disfrutar en grupo, aunque solo sea durante un día. Es el caso de los ciclistas "Os Chimpa Cons", de Meaño, que con el fresco del amanecer iniciaron el trayecto para llegar a mediodía a la catedral compostelana. "Llevamos tres horas de recorrido y nos faltan dos para la foto en la catedral", dice uno de los integrantes del grupo de jóvenes de 16 años. Hoy hacen el camino de vuelta a casa,

Aunque agotados al llegar al meandro de Valga, se mostraban felices seis veinteañeros de Ponte da Lima que a principios de semana iniciaron el Camiño. Hugo Araújo, Pedro Araújo, Ana Antunes, Inés Sousa. María Araújo y Fabio Gomes necesitaban descansar.

Su ruta era la más larga, cerca de 170 kilómetros en varias etapas