Más de 17.300 arousanos viven habitualmente en el extranjero. Una cifra que supone 2.300 personas más que al principio de la crisis, en 2009. Así lo revelan los datos a 1 de enero de este año del Instituto Nacional de Estadística (INE), según los cuales en los últimos meses prosiguió el goteo de vecinos de O Salnés que hicieron las maletas y cruzaron las fronteras de España en busca de un trabajo pese a la mejoría de algunos indicadores socioeconómicos.
Según el INE, en 2009 había apenas 15.000 arousanos fuera de España. Pero en la actualidad son más de 17.300. La cifra es ligeramente inferior a la de 2015, que había sido de 17.900. Esto podría interpretarse como un dato positivo, pero únicamente porque el número de residentes en el extranjero empadronados previamente en Sanxenxo ha descendido de forma brusca. De hecho, el número de emigrantes al extranjero aumentó en los 11 concellos restantes de O Salnés y Ullán en 2015 pese a la mejoría económica.
El crecimiento de la emigración de arousanos al extranjero se enmarca en una tendencia a la que no es ajena el resto de Galicia. De hecho, el INE revela que una de cada cinco personas españolas que residen en el extranjero son gallegos. La cifra de ciudadanos de esta comunidad en la diáspora ha crecido un 31,4 por ciento desde 2009, situándose ahora en 504.000. Un dato que, en cualquier caso, hay que tener en cuenta que no solo engloba a los emigrantes, sino también a sus descendientes ya nacidos fuera pero que accedieron a la nacionalidad.
Otro dato demográfico que invita poco al optimismo es que en O Salnés se está produciendo en los últimos años un acusado envejecimiento de la pirámide poblacional, al caer de forma brusca la natalidad. También se ha perdido población inmigrante.
Por municipios
El municipio con mayor población en el extranjero es Vilagarcía. A 1 de enero pasado tenía a algo más de 3.600 vecinos en la emigración, casi un centenar más que en 2015. La estadística, sin embargo, es más reveladora si se toma como referencia el año 2009, pues entonces solo había registrados 2.900 vilagarcianos fuera de España, unos 800 menos que ahora.
También son muchos los cambadeses que se han visto obligados a ganarse el pan en la emigración. El último dato oficial apunta que se trata de 2.235, frente a los menos de 2.200 de hace 12 meses, y los apenas 1.870 de 2009.
Mientras, en O Grove, hay 1.563 vecinos en el extranjero, 200 más que hace siete años. La salida de residentes en este municipio continuó en 2015, pues entonces la diáspora grovense era de 1.545 personas.
Sanxenxo
Caso aparte es el de Sanxenxo, que tenía a principios del presente ejercicio 2.260 emigrantes, lo que supone casi 300 menos que en 2009 y sobre 700 menos que en 2015. Las cifras de este municipio son las que evitan un aumento más acusado de la emigración en el resto de la comarca.
El quinto ayuntamiento de O Salnés con más de 10.000 habitantes, Vilanova, también ve aumentada la presencia de vecinos suyos fuera de España. El INE contabilizó a 1.521 vilanoveses en otros países, por 1.513 el año pasado, y 1.340 en el ejercicio 2009.
Pero también es muy elevada la diáspora en municipios de apenas 5.000 habitantes, como son los de Ribadumia, Meis o Meaño, y que se sitúan principalmente en el interior de la comarca. En Meis hay 1.361 residentes en el extranjero (por 1.330 el año pasado, y 1.168 al comienzo de la crisis), frente a los 1.228 de Meaño (1.214 en 2015 y 1.036 en 2009), o los 865 de Ribadumia. Este último dato supone 10 arousanos más en el extranjero que hace 12 meses, un casi 100 más que en 2009.
También es importante e dato de Valga, con 1.682 personas fuera de España (en 2009 eran 1.363, y el año pasado, 1.659). La presencia de ciudadanos residentes que hicieron las maletas es más moderada en Catoira (481, que eran 379 al principio de la crisis), Pontecesures (303, que eran 250 en 2009) y A Illa, que tiene a 197 vecinos viviendo en el extranjero, unos 90 más que antes de la crisis.
