En el año 2004 diversos bateeiros gallegos vaticinaban que "durante al menos los próximos diez años la demanda de mejillón seguirá creciendo a un ritmo más fuerte que la producción, lo que significa que tenemos ante nosotros una buena oportunidad de negocio si producimos molusco en Andalucía, Portugal, Chile o Marruecos, lo cual no supone necesariamente una competencia directa para la producción de Galicia. Ignacio Pérez, representante de Pescados y Mariscos Mar de La Línea, decía entonces que dicha empresa había solicitado autorización para instalar 30 bateas, y que tras poner en funcionamiento las diez primeras "el resultado es más que satisfactorio, pues el mejillón tiene un buen tamaño y las bateas están aguantando las embestidas del mar abierto".

A esto añadían que ese mejillón "tiene una calidad y un sabor semejantes a los que ofrece el mejillón gallego, pero además su tamaño es mayor que el que se suministra en Galicia como 'europeo' o 'normal', pudiendo compararse con el comercializado con el marchamo de 'especial". El capital de dicha empresa se repartía a partes casi iguales entre Galicia y Andalucía. Ya en 2005 los productores de mejillón gallegos instalados en el sur de España aseguraban tras colocar las primeras partidas en el mercado que era un molusco "de gran calidad y tamaño, igual o incluso mejor" que el de Galicia.

A las bateas colocadas inicialmente se había sumado en diferentes puntos del sur y el levante español el cultivo mediante el sistema "long-line", que en el caso de Huelva también estaba impulsado por mejilloneros, empresarios y capital de Galicia y Andalucía.