Además de la situación en la que se encuentra el vial que une Baión con András, los vecinos de la primera de las parroquias también muestran su malestar por la situación del conocido como Camiño Francés, una carretera muy estrecha que une Ponte Baión con Pontearnelas y que es usada, eminentemente, por vehículos agrícolas para acceder a las fincas que se encuentran en el entorno del río Umia. Las constantes crecidas del río han provocado que el vial se encuentre totalmente levantado en algunos puntos, en especial, en la zona próxima al puente que une Paradela con Baión, donde el camino corre serio riesgo de venirse abajo, al haber carcomido todo el fondo las numerosas crecidas que ha experimentado el río Umia.

En esa zona, el vial todavía resiste por la presencia de varias tuberías que se instalaron para paliar la catástrofe que provocó la química Brenntag, en 2006, por eso entienden que es necesario una urgente actuación del Concello, responsable del vial, para solucionar las deficiencias antes de que "se registre un accidente que acabaremos lamentando todos".

Pese a ser un vial que vertebra gran parte del rural interior de Vilanova, los vecinos echan de menos que el Concello no se implique a la hora de repararlo y en su mantenimiento, lo que le ha llevado a encontrarse en esta situación. Además de por vehículos agrícolas, el vial es utilizado por pescadores y por ciclistas para bordear todo el río Umia desde la PO-531 hasta el pueblo de Pontearnelas, donde se accede a la Ruta da Pedra e da Auga.