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El técnico del Arousana acusa a jugadoras del Pontevedra de pegarle

Gregorio Bouzas asegura que "el árbitro me expulsó y cuando iba al vestuario me empezaron a pegar; lo único que hice fue defenderme pero no le di una patada a nadie"

Gregorio Bouzas muestra el parte médico de las agresiones sufridas y la denuncia presentada. // I. Abella

El partido entre el Atlético Pontevedra Féminas y el Atlético Arousana B, correspondiente al grupo 2 de la segunda división de la Liga Gallega, se convirtió en el perfecto ejemplo de lo que nunca puede suceder sobre un terreno de juego. Un rosario de expulsiones, agresiones, denuncias y partes médicos consiguieron dejar al deporte en un segundo plano y hacer pasar un rato de lo más desagradable a las personas que se encontraban en la mañana del domingo en los campos de futbol de A Xunqueira.

Transcurría el minuto 69 de partido cuando se sobrevinieron los hechos. Gregorio Bouzas, entrenador de las vilagarcianas, se convirtió en protagonista inesperado de una batalla campal que terminó en golpes de todo tipo por parte de las jugadoras pontevedresas. En su versión de lo sucedido, el entrenador visitante sostiene que "íbamos ganando 2-3 y ellas llevaban todo el partido pegando patadas a mis jugadoras sin que el árbitro sacase ni tarjetas. Dos de mi equipo ya habían tenido que abandonar el partido de las patadas recibidas. El árbitro nunca controló la violencia de las locales".

El detonante fue una airada protesta de Bouzas al colegiado que éste hizo constar en el acta como agresión. "Entré en el campo a protestar para decirle que retiraba a mi equipo del campo. No se podía consentir lo que estaba pasando. Mientras me enseñaba la tarjeta es cierto que le retiré el brazo, pero en ningún momento le agredí. Es cierto que perdí los nervios por todo lo que estaba pasando en el campo, pero aquello era intolerable".

Cuando Bouzas se dirigía a los vestuarios se inició la pelea, "una de las hermanas Torres García vino a gritarme diciéndome de todo por irnos del terreno de juego. Me intenta dar una bofetada y yo la empujo al ver esa actitud. Inmediatamente me vinieron las otras hermanas y más jugadoras a pegarme. Yo me revolví como pude porque me estaban agrediendo, pero lo que hice fue defenderme. Me hicieron daño en una rodilla y me abrieron el labio por dentro".

Alude Gregorio Bouzas a que la capitana del equipo rival incluso "tras la liorta pidió a un miembro de su equipo que la pisara en una pierna para poder denunciarme y presentar un parte de daños. Lo vio mi delegado y padres de mis jugadoras como se tiraba al suelo y pedía que la pisasen. Yo no le dí una patada a nadie".

El propio entrenador vilagarciano también se presentó a la conclusión del partido en el Hospital Domínguez para recoger el informe médico que adjuntó a la denuncia presentada. Precisamente, la Policía Nacional de Pontevedra espera que sean presentadas más denuncias cruzadas en las próximas horas.

Sostiene Bouzas que ya en el partido de la primera vuelta disputado en Vilagarcía, ya se produjeron roces. "Es un equipo que tiene problemas con todos los de la liga. Siempre son las mismas. Incluso la policía cuando llegó al campo decía "son las de siempre". Lo único que pretendo es que no se les permita volver a jugar a estas hermanas que lo único que buscan es conflicto".

Añade el entrenador arousano que "la mayor de mis jugadoras tiene 17 años y, ellas por encima de los 30, se dedicaron todo el partido a intimidarlas con insultos y con patadas. Llegó un momento que decidí retirar al equipo del campo por preservar la salud de mis jugadoras, que estaban aterrorizadas. Fue todo muy desagradable".

Acta arbitral

La redacción del acta del colegiado recoge que Gregorio Bouzas "me da un empujón y me desplaza varios metros cuando le quería mostrar la tarjeta roja". Añade el informa arbitral que "el entrenador cruza el terreno de juego hacia los vestuarios gritando. Varias jugadoras del equipo local se enzarzan con el entrenador identificando a Carmen Torres García y Rocío Torres García. Me dirijo al tumulto y el entrenador visitante me dice "¡Todo esto ha pasado por tu culpa!". Una pareja de agentes de la Policía Local se personó en el propio terreno de juego".

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