Antonio Cacabelos, el alcalde socialista de O Grove, prometió en campaña electoral que iba a cargarse los semáforos que el anterior gobierno había instalado en las avenidas del Teniente Domínguez y de Xoán XXIII para trata de reducir la velocidad de los vehículos en esas zonas, consideradas de alto riesgo tanto para conductores como para peatones.

En sintonía con lo que reclamaban algunos vecinos, y sobre todo al hilo de las protestas formuladas por aquellos que fueron sancionados en dichos semáforos de foto-rojo, el regidor cumplió su promesa y ordenó anular ese control semafórico, inclinándose por la adopción de otras medidas también tendentes a reducir la velocidad, como la instalación de pasos de peatones elevados.

Pero ahora el primer edil meco reconoce que eso no es posible, y así lo hizo constar en el pleno celebrado el lunes. Lo que sucede es que las citadas avenidas, consideradas las de mayor riesgo -dan acceso al centro urbano y a la isla de A Toxa desde el barrio de Ardia- son de titularidad autonómica, no municipal, y por tanto no pueden colocarse en ellas los prometidos badenes porque la Xunta no lo admite.

"Nosotros ya los sabíamos, por eso en su momento en lugar de badenes, que también pueden resultar muy molestos para los conductores, organizábamos controles de velocidad por radar, con ayuda de la Jefatura Provincial de Tráfico y a través de los agentes de la Policía Local, optando más tarde por colocar los semáforos de velocidad para salvar vidas, al tiempo que evitábamos tener allí a los policías haciendo los controles y podían dedicarse a otras cosas", espeta el galeguista Alfredo Bea García, que cuando fue concejal delegado de Seguridad Ciudadana en el anterior mandato gestionó tanto la colocación de los dos polémicos semáforos como la instalación de diversos radares fijos.

Lo que sucede es que "Cacabelos se entera ahora, tarde como siempre, de que no puede colocar los badenes en esas vías, y por tanto esas dos transitadas calles y sus vecinos vuelven a quedar absolutamente desprotegidos", resalta el galeguista.

A su juicio, ambos trazados "vuelven a ser circuitos de velocidad y tramos realmente peligrosos en los que puede suceder una desgracia en cualquier momento". Y todo ello, manifiesta, "por la falta de previsión de este alcalde y su gobierno, ya que nosotros siempre le dijimos que si quería retirar los semáforos que lo hiciera bajo su responsabilidad, pero instalando previamente otras medidas complementarias; no lo hizo así y ahora no hay control de ningún tipo".

Al hablar de esto resalta Alfredo Bea que "ya ni siquiera se hacen los controles puntuales de velocidad que realizaba la Policía Local cuando Tráfico nos cedía su coche-radar; y no se hace nada porque Cacabelos es un auténtico irresponsable".

Incluso sostiene que "hay otros ejemplos de ello, como seguir sin organizar los turnos para poder disponer de patrulla nocturna, seguir sin convocar la plaza de oficial de policía local o pasar olímpicamente del servicio de emergencias".

Pero el galeguista no solo tiene palabras de crítica para el alcalde socialista, sino también para el grupo municipal de Esquerda Unida, ya que "ahora dicen estar preocupados por los vecinos de Teniente Domínguez y Xoán XXIII cuando resulta que fueron los principales aliados del PSOE para cargarse los semáforos; pero claro, ahora temen lo peor, ya que comprueban que esas dos avenidas son un auténtico peligro y que nosotros teníamos razón".

En resumen, que "mientras ahora la única preocupación del alcalde es subir el salario a los agentes de policía en el presupuesto de 2016, la gran promesa de campaña electoral del PSOE, que era llenarlo todo de badenes para retirar los semáforos, se va al traste y los vecinos de Teniente Domínguez y Xoán XXIII, como la población en general y quienes nos visitan, quedan desprotegidos e indefensos".