Los comuneros que integran las diversas agrupaciones del monte Castrove celebran a las 20,45 horas de hoy en Curro una asamblea en la que se procederá a la elección de la nueva directiva, en la que por primera vez no estará Claudio Quintillán. El presidente en funciones desde hace un año deja el puesto después de que abandonar la presidencia de su comunidad de Combarro en enero del pasado año. Las 13 agrupaciones de Poio, Pontevedra, Barro, Meis, Ribadumia y O Grove buscan sucesor, después de que hace dos años nadie optase al cargo. El vicepresidente del ente era Antonino Martínez, de Armenteira, fallecido hace dos meses.

-Hoy pone fin a un periodo de diez años al frente de la Mancomunidad de Comunidades en Man Común do Monte Castrove.

-Desde enero del año pasado que dejé A Rega dos Agros comuniqué a la directiva que no podía continuar, pero por sucesivas historias no encontrábamos el momento para convocar la asamblea. No podía continuar porque no pertenecía a ninguna directiva. La situación se complicó cuando a partir de junio el vicepresidente Antonino Martínez, que era el presidente de los comuneros de Armenteira, se puso enfermo y falleció a finales del año pasado. Fue un año complicado para la directiva.

-¿Qué es lo que más destaca de su etapa como presidente de la Mancomunidad?

-Hay que tener en cuenta que esta figura de las mancomunidades existen en Pontevedra, Morrazo, Vigo... en el resto de Galicia no hay esta figura. Es complicado porque es necesario vencer estos localismos para poner puntos de unión entre todos. Son uniones muy necesarias. En mi caso el ejemplo está en el Castrove en los incendios de 2006, donde nos conseguimos poner todos de acuerdo para luchar juntos por la recuperación del monte. También el tema de los caballos sueltos que disminuyó, pero no es tan significativo como lo de antes. También está la defensa de los planes de prevención de los montes ante la Xunta.

-¿Qué es lo que le produce más orgullo de esta mancomunidad?

-Quien lo inició fue Celso Milleiro (Meis) como presidente y yo lo acompañé como secretario. Lo más significativo es el hecho de hacer dos asambleas anuales y pasar información, escritos, propuestas a las administraciones. El hecho de verse e intercambiar experiencias es muy positivo.

-¿Qué espina deja clavada que le hubiera gustado cambiar y no ha podido?

-La parte más negativa en general es cuando se habla de la participación, que siempre es muy parcial. La gente sí va a las asambleas y vota, pero hay una carencia de los comuneros en el monte. Me voy con la sensación de que los comuneros no están suficientemente ligados al monte. No existe una vinculación directa como antes, como por ejemplo conocer los lindes. Más que participación es representación, las bases no participan del monte. Un ejemplo es que durante los incendios de 2006 los comuneros que colaboraron para parar el fuego eran contados. Los comuneros deberíamos mirar para los montes

-¿Qué se puede hacer para mejorar esta participación?

-Es algo que no es solo una cuestión de las mancomunidades. Tampoco se puede hacer sin el apoyo de las administraciones como la Xunta, que podría asesorar más, formar... En general lo que hace más falta es más educación para poner en valor los montes. Y no solo los montes, ese modelo de propiedad especial, de compartir, de lo comunitario.

-¿Cree que este modelo podría estar acabado o, cuanto menos, en peligro?

-No sería el primer intento que hay. La Xunta tiene el objetivo de privatizar los montes, que las directivas fuesen gerenciales. De momento estamos aguantando esta propiedad común en la que son los vecinos los que deciden. Tenemos que tener claro y defender el concepto de esta figura, este modelo de propiedad, que es singular en Galicia.

-Y en concreto en el Castrove, ¿qué proyecto deja por hacer que le gustaría llevar a cabo?

-Que las mancomunidades tuvieran un plan de ordenación de recursos naturales. Hace falta la implicación de la Xunta, de una directriz general para luego ir adaptándose a ellas. Tenemos casos de arreglos de caminos comunes que se arreglan desde una comunidad, pero no de otra. Hay que acabar con las suspicacias localistas y trabajar por el bien común. Toda la comarca tiene que unirse, como cuando fue del incendio de 2006 y trabajar por el Castrove, que es un monte joven por esto. Es nuestra asignatura pendiente.

-Siempre habló de sacar un mayor provecho a los montes...

-Para eso echo en falta una unidad de actuación. En conjunto se podría crear mucho empleo, pero solo sería posible con la unión de las diferentes comunidades y veo que falta unidad.

-¿Y sabe si alguien tomará su relevo al respecto en el Castrove?

-La verdad es que no sabemos, salvo que a última hora se presente alguien. Ya cuando cumplimos ocho años no hubo ningún otro candidato y continué un año más, además de 2015, ya fuera de la directiva.

-¿Y el Quintillán comunero? ¿Como ve su vida después de tantos años ligado al Castrove como presidente?

-Seguiré siendo comunero. En el último año asisto a las asambleas, hago preguntas. Siempre me gustó cuando era presidente y se hacían pocas intervenciones. Me gustaría que hubiese más preguntas en las asambleas. También continuaré dos años más en la Organización Galego de Comunidades de Montes, como responsable de comunicación social, a la que fui elegido en asamblea. También estoy en cuestiones políticas. La verdad es que aún dejando la presidencia me veo superocupado, pero eso sí siempre mirando por la defensa del monte.