Sonia María Iglesias es la orientadora del instituto público de Vilagarcía con más alumnado en ESO y Bachillerato ordinarios. Y es que el IES Castro Alobre aglutina a cerca de 800 estudiantes. Para garantizar una coexistencia armónica de esta amplia comunidad escolar, el centro cuenta con un plan de convivencia que la educadora expondrá en el Auditorio municipal (mañana a las 20 horas) como colofón al primer ciclo de charlas de "Coleborando", un proyecto dirigido a familias y profesores para abordar los conflictos en las aulas.

El plan de convivencia del Castro Alobre incluye actividades para prevenir esos conflictos, normas básicas de convivencia de obligado cumplimiento, un sistema de mediación y un aula de convivencia al que asisten alumnos con conductas disruptivas o los que necesitan adquirir habilidades sociales. Asimismo, el plan recoge un protocolo ante el acoso escolar y otro sobre el absentismo.

-¿Cómo nació el Plan de Convivencia del IES Castro Alobre?

-Antes de que llegara yo, el centro ya había hecho una encuesta a toda la comunidad educativa (profesores, alumnos, personal de limpieza, conserjería, ...) para conocer dónde se producían los conflictos. Sobre todo ocurrían en los recreos, por lo que se establecieron actividades preventivas en esos descansos. Tenemos dos el lunes y el martes, y uno el resto de los días. Actualmente hay en marcha una ludoteca, un torneo de ajedrez y actividades deportivas en el pabellón durante todo el curso. Después tenemos las actividades de la vía normativa, es decir, las normas básicas de convivencia. Si no se cumplen, el alumno recibe una amonestación o se le abre un expediente disciplinario.

-¿Han abierto muchos expedientes disciplinarios?

-No. Dos o tres al año, y no todos los años se abren, solo cuando la situación es muy grave.

-¿Cuáles son esas normas básicas de convivencia?

-Son un total de veinte, como estar sentado, llevar una indumentaria adecuada al centro (por ejemplo la ropa deportiva para la clase de Educación Física), llevar la cabeza descubierta (sin gorra ni visera), utilizar la documentación (como las notas) de forma adecuada, cuidar el mobiliario, tratarse con respeto y dignidad los unos a los otros, etc.

-¿Cuántos casos de acoso escolar han atendido en el instituto? ¿Cómo los afrontan?

-Son esporádicos. Algún caso tuvimos y se resolvieron todos. El acoso se produce hasta que un adulto interviene. En cuanto al procedimiento, tenemos un protocolo ante el acoso escolar que viene de la Consellería de Educación. Cuando sospechamos o sabemos que puede haber un caso, primero hablamos con la víctima y le realizamos el "Bullingo Test" para saber qué grado de acoso está sufriendo, porque no todo el acoso escolar es acoso escolar. Quiero decir que para que haya acoso, este tiene que producirse durante un tiempo prolongado, no porque un alumno insulte a otro un día se produce acoso.

-¿Algún alumno ha tenido que trasladarse a otro centro por ser víctima del acoso escolar?

-Por acoso no, pero por la situación personal del alumno sí.

-Otro de los protocolos del centro abarca el absentismo. ¿Son muy frecuentes las faltas de asistencia sin justificar?

-En el conjunto del alumnado el porcentaje es muy bajo; el mayor absentismo lo tenemos en la etnia gitana. Lo primero que hacemos es avisar a las familias y se produce una reunión con el jefe de estudios, el tutor y la orientadora con los padres.

-¿Dónde está el límite para considerar una ausencia como absentismo escolar?

-Cuando el alumno acumula entre 80 y 100 horas activamos el protocolo. Si después de hablar con la familia el absentismo continúa, entonces tenemos que dar parte a los Servicios Sociales. Son casos contados. También llamamos a Servicios Sociales cuando detectamos una precaria situación económica en el alumno, cuando por ejemplo vemos que no trae el material, etcétera.