El nacionalista Víctor Caamaño, integrante del cuatripartito cambadés y miembro del plenario de la Mancomunidade, reconocía ayer que las investigaciones que se están realizando sobre el posible responsable del vertido todavía no han dado sus frutos. "Es complicado detectarlo, ya que en esa zona confluyen las redes de alcantarillado de tres concellos", explica.

Para el edil cambadés esta situación viene dada por dos cuestiones. La primera de ellas es la existencia de un problema estructural en la red de alcantarillado, construida a través de dos programas Pomal. "No se ejecutó correctamente la separación de aguas pluviales y fecales, lo que provoca que, cuando llueve, el bombeo se inunde, y salgan los aceites al exterior". La segunda de las cuestiones viene dada por la "irresponsabilidad de algunas empresas, que no entienden que no pueden contaminar". Una solución estructural sería muy costosa de acometer, por lo que el cambadés aboga por sancionar, de forma dura, a las empresas que incumplan la normativa en cuestión de tratamiento de residuos.

Caamaño explica que, cuando llegaron al gobierno de Cambados nos encontramos con varias sanciones en el cajón, lo que nos llevó a reunirnos con las empresas para comunicarles que íbamos a continuar adelante con las sanciones y que deben pretratar las aguas que vierten al alcantarillado".

También cuestionó la política de Augas de Galicia a este respecto, ya que "las sanciones importantes se las impone a los Concellos y no a los infractores, que pueden salir de esta situación con tan solo 3.000 euros de multa, mientras los ciudadanos tenemos que hacer frente a su irresponsabilidad por culpa de esta política". No en vano, en los últimos tres años, el Concello de Cambados tuvo que hacer frente a multas de Augas de Galicia de 7.500 euros (2013) y 5.000 euros (2015) por vertidos cometidos por empresas privadas.