Marineros de Cambados arrojaron ayer al mar entre 250 y 300 ramas de pino, en una medida con la que pretenden favorecer la cría del chopo. Se trata de una iniciativa del sector del "trasmallo" de la Vila do Albariño, pero para la cual habían invitado también a los armadores del "bou de vara" y del "bou de man", así como a la flota de puertos próximos, como los de O Grove y A Illa.
La convocatoria, sin embargo, no tuvo el éxito esperado, pues solo acudieron en torno a una veintena de personas, todas ellas de Cambados, y de las cuales prácticamente el 80 por ciento eran "trasmalleiros". "No ha habido mucha colaboración", admitía ayer uno de los promotores. "Si hubiese venido más gente, en vez de 250 ramas hubiésemos podido tirar 500 o 600".
Pero en cualquier caso, los que sí fueron quedaron contentos con la iniciativa, y como creen que da resultado, han decidido repetir dentro de dos o tres semanas, habida cuenta de que el sábado próximo es la manifestación en contra de la Lei de Acuicultura, en Santiago. "Eso sí, nos gustaría que la próxima vez haya más colaboración por parte del resto de los sectores, porque esto es algo que nos beneficia a todos, no solo a las 20 personas que fuimos hoy", agrega el mismo pescador cambadés.
Según él, el hecho de que las ramas de pino funcionan para favorecer la cría del chopo queda demostrado en capturas históricas, como la que se produjo esta semana, cuando en un solo día se subastaron en la lonja de Tragove más de 3.000 kilos de cefalópodo. "Eso es algo que no se recuerda en nuestra lonja", prosigue.
Los marineros se reunieron precisamente junto a la lonja sobre las 9,30 horas, y fueron en un camión fletado por la cofradía hasta un monte de Castrelo, donde recogieron las ramas que les había dejado un "fragueiro". Tras cargarlas en el camión las llevaron a puerto, donde las embarcaron en la lancha y en el barco de la cofradía, desde donde se arrojaron al mar, concluyendo el trabajo pasado el mediodía. En Cambados se tiraron ramas de pino durante muchos años, pero se abandonó la práctica precisamente por la falta de implicación de parte de la flota.
