La asociación O Castro de Baión sería muy difícil de entender sin la presencia de José Sabarís. Profesor en el Castro Alobre de Vilagarcía desde hace quince años, Sabarís ha compaginado ese trabajo en la enseñanza con la presidencia de un colectivo que nació para dinamizar una de las parroquias más rurales de Vilanova de Arousa y que se ha convertido en todo un referente a nivel gallego.
-Más de un cuarto de siglo al frente de O Castro se pueden acabar hoy con su relevo al frente de la asociación.
-Hace 26 años, en Baión no existía ningún tipo de asociación, de colectivo que se preocupase por un ámbito como era el de la cultura. Por eso un grupo de jóvenes decidimos dar el paso. Fue un camino que comenzamos muy eufóricos, y que pronto se nos llenó de atrancos, de momentos de querer tirar la toalla, pero siempre pudo más la ilusión y el esfuerzo. Poco a poco, crecimos como una bola de nieve hasta alcanzar lo que somos ahora. Pasamos de ser una asociación cultural al uso a contar con todo tipo de secciones y a tener relación con Concellos de toda Galicia. Creo que llegamos a la cima, a una situación en la que la asociación ocupa un lugar muy importante en el tejido asociativo gallego y creo que es el momento de que otra persona tome el relevo.
-¿Ya existe algún candidato que se haya decidido a dar el paso?
-Nuestro objetivo es encontrarlo. Pretendemos que haya alguien que quiera coger las riendas y continuar con todo lo que se ha realizado hasta el momento. La asociación tiene muchas ramificaciones; siete grupos que dependen de ella, secciones, trabajos de voluntariado, ... Todo ello requiere una organización importante y una serie de aspectos económicos que hay que tener en cuenta. La parte económica es muy importante. Desde que comenzó la crisis económica nos hemos encontrado con la necesidad de eliminar aquellas cosas que no resultaban prioritarias para mejorar nuestra situación ante la caída de las subvenciones. Esto nos ha hecho estimular la imaginación para conseguir fondos, y no es fácil, y sobre todo, cansa mucho.
-¿Corre peligro la asociación?
-No lo creo, pero la ausencia de ayudas espero que no acabe con los grupos, que me gustaría que siguiesen adelante, porque en ellos están la ilusión de mucha gente. Ahora es necesario gente con ideas renovadas y con ilusión, que estará en mejores condiciones de tirar para adelante. Creo que la asociación se debe mantener ahí y eso requiere un esfuerzo muy grande.
-¿Su retirada es definitiva?
-Si aplicamos la ética, lo lógico es colaborar estrechamente con la siguiente directiva. Una persona que entre nueva va a necesitar que le echen una mano para que pueda abrirse camino hasta que esté lo suficientemente capacitada para caminar, y eso es lo que pretendemos hacer.
-¿Como se gesta el nacimiento de una asociación como O Castro en un entorno tan rural como Baión?
-Creíamos que era necesaria en aquellos momentos. En todas las parroquias había algún tipo de asociación que canalizaba las inquietudes de sus vecinos, sobre todo las culturales. Se organizaban charlas, excursiones, ... menos en Baión. Veníamos haciendo cosas antes, sobre todo de teatro, pero sin apenas continuidad. Éramos mucha gente joven, con ganas de organizarse y hacer cosas. No somos seres especiales, pero la asociación ha sido una criatura que hemos ido criando nosotros a través del compromiso y el esfuerzo.
-De aquellas asociaciones, es O Castro prácticamente la única que queda
-Nosotros teníamos muy claros los objetivos con los que nacimos. Hay que ser consciente de que hay que tener una gran disposición , no total, pero si destinar una gran parte de tu tiempo y de tu esfuerzo. En estos colectivos los recursos merman cada vez más, y lo ideal, sería la autofinanciación, pero O Castro está muy lejos de lograrlo. Hemos experimentado un crecimiento muy importante con todos los grupos que se han creado y la inversión económica de un socio, no alcanza siempre a cubrir todas las necesidades. De las cuotas de socio, una asociación como esta no vive.
-¿Pensaban llegar a donde se ha llegado?
-Evidentemente, no. En la asociación lo hemos comentado muchas veces. Nosotros siempre tuvimos una ilusión enorme y no pensábamos alcanzar este nivel, era algo impensable, ya que solo pretendíamos llenar un vacío cultural en la parroquia, dando rienda suelta a la imaginación y la creatividad; estábamos llenos de idealismo. Hemos llegado hasta aquí con nuestro lema de que un pueblo culto es un pueblo libre; con independencia; por el factor humano de nuestros 3.120 socios; y por último, por la fuerza de todos, tanto socios como administraciones, que siempre nos han apoyado en todas las actividades que hemos impulsado.
-¿Cual ha sido el momento más especial en estos 26 años?
-O Castro ha sido una parte tan importante de mi vida que no sabría con cual quedarme. Nos dio muchos dolores de cabeza, pero también muchas alegrías durante unos años que vivimos muy intensamente. Si tengo que especificar el momento más gratificante y emotivo, creo que este podría ser el día que el Concello de Vilanova nos concedió la Medalla de Ouro
