Los informes técnicos elaborados para justificar y defender la reconstrucción del puerto deportivo de A Toxa, así como para contestar a las alegaciones presentadas por la cofradía de O Grove y la Sociedade Galega de Historia Natural, niegan que vaya a existir un impacto significativo e irreversible en el entorno, la fauna, el paisaje, las corrientes y los bancos marisqueros. Se reconoce la posibilidad de una mínima afección durante el proceso de ejecución de los trabajos, pero se insiste en que será fácilmente subsanable.
Es más, incluso parece deducirse que la situación o estado del entorno marítimo de la isla estandarte del turismo en Galicia mejorará considerablemente una vez instalado el nuevo puerto deportivo y eliminados los viejos puntos de amarre actuales. Sobre todo teniendo en cuenta el evidente deterioro del puerto actual y que sus soportes están completamente oxidados, "por lo que sí pueden tener una influencia negativa para el medio ambiente".
Queda claro, tanto para los promotores del proyecto -el Club Náutico Isla de La Toja (CNIT)- como para los alegantes, que la construcción de los pantalanes de amarre o diques de abrigo pilotados o flotantes es "una opción mucho mejor a nivel de prevención de impactos ambientales", pues de este modo van a retirarse "los muelles o diques de abrigo construidos a base de bloques de hormigón y áridos".
A esto se añade, en relación con bancos marisqueros como el de Lombos do Hotel, que los posibles impactos van a limitarse al proceso constructivo, pero "estas alteraciones serán presumiblemente reversibles una vez finalizadas las obras".
Desde la cofradía se indicó que tales alteraciones "pueden tener efectos graves a corto o medio plazo para los colectivos que dependen de la producción pesquera de la zona", a lo que responden los técnicos que "no se prevé que estos efectos vayan a ser significativos, dada la baja magnitud y extensión de los impactos asociados a las obras proyectadas y su reversibilidad".
En las alegaciones también se hacía constar que los efectos sobre el paisaje van a ser permanentes y duraderos en el tiempo, así como las limitaciones a la navegación y en el uso de las instalaciones anexas.
Sin embargo, los promotores del puerto deportivo isleño están convencidos de que "no va a haber un impacto mayor sobre el paisaje que el existente actualmente", pues la instalación que funciona desde hace décadas en A Toxa "tiene una antigua estructura de soporte que se mantiene elevada en invierno, la cual será retirada para instalar pilotes aislados para la cimentación".
La navegación tampoco va a verse afectada, según los mismos informes, ya que "se mantiene un canal de más de 25 metros de ancho con un calado limitante de un metro de profundidad en algunas zonas, medido sobre el nivel de bajamar máxima, y con mayor ancho y calado para otras condiciones de marea".
