La Sociedade Galega de Historia Natural alegó que el proyectado puerto deportivo puede afectar a los bancos marisqueros de la zona por cambios en la hidrodinámica.

Esta preocupación también existe en la cofradía, que sin embargo reconoce que la utilización de pantalanes flotantes "es una opción mucho mejor a nivel de prevención de impactos ambientales que los muelles construidos a base de bloques de hormigón", como los que se proyectaban en el año 2000.

El CNIT se aferra a esto e insiste en que los pantalanes flotantes a instalar "permiten la libre circulación de las corrientes marinas, no afectando apenas a las condiciones oceanográficas y bióticas de la zona".