Pescadores, mariscadores y bateeiros aprovechan que las condiciones meteorológicas han mejorado para hacer balance de los desperfectos sufridos con la sucesión de temporales registrados durante las últimas semanas. Y a la espera de valoraciones concluyentes puede anticiparse ya que los daños han sido cuantiosos, tanto entre la flota como en los parques de cultivo flotantes de las diferentes rías gallegas.

Barcos auxiliares de acuicultura y pesqueros hundidos o con vías de agua abiertas -como también sucede a las lanchas empleadas para el marisqueo a flote-, aparejos destrozados por las corrientes -o desaparecidos tras ser arrastrados por ellas- y bateas de cultivo de mejillón y ostra con graves desperfectos -en el emparrillado, los flotadores o las cadenas de fondo- son algunas de las consecuencias de los fuertes vientos y el intenso oleaje experimentados tanto dentro como fuera de las rías, e incluso al abrigo de diferentes dársenas.

Lo saben bien tanto los profesionales del mar directamente castigados por las adversidades meteorológicas como las empresas especializadas en reflotar embarcaciones, reparar bateas y realizar todo tipo de labores de mantenimiento, construcción de viveros y reparación de artefactos flotantes.

Es el caso de "Hércules Servicios Marítimos", una empresa asentada en el Concello de Rianxo cuyos integrantes tuvieron que emplearse a fondo en las últimas semanas, prácticamente desde que comenzó el año.

Esta firma, dirigida por Ricardo Alcalde Ordóñez, se vio obligada a desafiar el temporal para, con ayuda de su barco "Hércules", reflotar algunas de la naves hundidas en la ría de Arousa.

El "Hércules", que también realiza labores de arado y oxigenación del lecho marino y que hace años se ocupó del traslado de las jaulas de cultivo de salmón existentes en Arousa, ya se ocupó el pasado verano de reflotar un pesquero hundido en Arousa, el cual había quedado sumergido debajo de la batea que había abordado previamente y que estaba atrapado entre sus propias redes.

Los buzos del "Hércules" también jugaron un papel decisivo hace justamente dos años, cuando los continuos temporales habían provocado una situación similar a la actual. En febrero de 2014 Ricardo Alcalde ya explicaba en FARO que si una batea se va a la deriva, como ha vuelto a suceder recientemente, reubicarla en su punto de fondeo puede costar entre 4.000 y 6.000 euros, mientras que el coste de una reconstrucción el gasto es mucho mayor.

En aquella ocasión el propietario de la empresa "Hércules" confirmaba que en apenas cinco meses habían tenido que recuperar una veintena de bateas. Ayer puntualizaba que desde que comenzó el año han sido ya tres embarcaciones y otros tantos parques de cultivo flotantes los recuperados por su barco.