El Real Club de Regatas Galicia quiere recobrar el esplendor de sus mejores años. Aquellos tiempos en los que formar parte de esta sociedad centenaria suponía el contar con una vida social muy activa. Era de lo más habitual que en los salones del club confluyesen generaciones de vilagarcianos durante muchas tardes para compartir sus ratos de ocio en buena compañía.
Los meses de verano eran los que registraban un mayor tráfico de personas por sus dependencias. Los aficionados al mar tenían en el local de la Avenida de A Mariña el lugar ideal durante muchas décadas para organizar diversas salidas, e incluso competiciones, con las que poder disfrutar de la vela por la Ría de Arousa.
Las cuestiones de calado más cultural también tenían cabida en la densa agenda de actividades que cada mes se desarrollaba en el Real Club de Regatas Galicia. Eran numerosos los fines de semana en los que los socios podían disfrutar allí de buena música y la presencia de destacados personajes de la cultura y la política autonómica y nacional.
Aquella etapa de esplendor también se reflejaba en un elevado número de socios. Muchos vilagarcianos, residentes en otros lugares, nunca dejaban de visitar el Real Club de Regatas Galicia en sus etapas vacacionales. Eran épocas de bonanza que poco a poco fueron dando paso a tiempos modernos. Esos en los que la tecnología y las comodidades han jugado en contra de la continuidad de la trascendencia de aquellas reuniones sociales, pero la entidad vilagarciana quiere volver a recuperar la esencia de cualquier sociedad.
Precisamente el pasado martes tuvo lugar en las dependencias del club una laconada de carnaval que fue degustada por un importante número de socios. No faltaron los disfraces ni las ganas de diversión en una velada organizada con mucho gusto y elegancia por parte de la nueva directiva encabezada por Manuel García.
No se quedarán ahí las propuestas e iniciativas a desarrollar en los próximos meses. El nuevo grupo directivo está dispuesto a trabajar en un propósito muy firme. Y ese no es otro que reunir al mayor número de personas posible dentro de todo aquello que se proponga.
Meriendas, juegos de mesa, gastronomía... Todos son alicientes que se manejan en las inquietudes de la nueva directiva. Incluso el recuperar al club como foro de tertulias y debates. Volver a distinguirlo como lugar ideal para disfrutar del placer de una buena conversación, larga y tendida, sin la presión del reloj y con el respeto y educación como valores innegociables.
