La madrugada de ayer falleció en Vilagarcía a los 83 años de edad el párroco de Cornazo, Xaquín Gómez Barros, que se había encargado de esta parroquia vilagarciana durante los últimos quince años, desde 2000. Tras permanecer ingresado en el Hospital Clínico de Santiago y después en el de O Salnés, el sacerdote regresó a casa, donde su hermana lo cuidó hasta su último minuto de vida.

Gómez Barros nació en Cuntis el 7 de agosto de 1932. Con 18 años ingresó en el Seminario Menor de Santiago y once años después, en 1961, fue ordenado sacerdote.

Su primer destino fue una parroquia de Cambados donde ejerció como coadjutor hasta 1965. Entre 1970 y 1973 fue párroco de Urdilde y Boullón. Ya en A Estrada volvió a ser coadjutor, un trabajo que combinada con el de profesor de Religión en el instituto de la villa pontevedresa y en el Centro de Formación Agraria Sergude.

Su destino más duradero fue el de Santa María Adina, en Portonovo (Sanxenxo). Se encargó de esta parroquia durante 20 años, hasta que en 2000 se trasladó a la de Cornazo, en Vilagarcía.

Xaquín Gómez participó en distintas actividades de la Fundación Amigos de Galicia, como por ejemplo oficiando misa en gallego con motivo de la entrega del "Grelo de Ouro" al fundador y presidente del Grupo Junquera de automoción, Santiago Iglesias, en el año 2013.

Desde la Fundación que dirige Jesús Busto destacan que "siempre estuvo dispuesto a colaborar, además de ser, tal y como figura en su biografía y tal y como recordaremos siempre, un hombre comprometido con la sociedad, un buen gallego y un buen galeguista".

Galeguista

Pero si algo caracterizaba al sacerdote de Cornazo, aparte de "su espíritu galeguista", era "su proximidad, generosidad y su trabajo a favor de los más desfavorecidos", ensalzan desde la ONG. Recuerdan que Gómez Barros estaba vinculado al Movemento Rural Cristián Galego y que llegó a publicar un Manifesto da Mocidade "con un análisis y preocupaciones que, en muchos aspectos, aún hoy se mantendrían en plena vigencia". Para este cuntiense, "ser cura era una hermosa manera de ser feliz".

También el arcipreste de Arousa, Lino Arcos, muestra su profundo pesar por el fallecimiento de Xaquín Gómez Barros.

Aunque era natural de Cuntis, durante la última etapa de su vida vivía y trabajaba en Cornazo. Cuando cayó enfermo, se trasladó a casa de su hermana, en Fontecarmoa.

Desde hacía un par de meses el cura ya no podía hacerse cargo de la parroquia por razones de salud, por lo que un padre del Corazón de María oficiaba misa los sábados y domingos.

La administración de la iglesia de Cornazo la asumía el sacerdote de A Xunqueira en colaboración con el de Rubiáns.