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Mansiones históricas de Vilagarcía sumidas en la ruina

Casas como la de la duquesa de Medina, la de los doctores Güimil o la que acogió el primer colegio de la ciudad, en total decadencia

La mansión de la duquesa de Medina de Las Torres fue construida a mediados del siglo XIX. // Iñaki Abella

En su día fueron importantes en Vilagarcía, ya fuese a nivel arquitectónico, social o cultural. Pero en la actualidad están sumidas en la más absoluta ruina ante la falta de mantenimiento por parte de sus propietarios. Se trata de edificios o casas en completa decadencia que languidecen a la espera de una rehabilitación que no llega. Los inmuebles están ubicados en el casco urbano de la ciudad, algunos de ellos en pleno centro. Su estado de abandono se agudiza con los años y más de uno ya ha sido víctima de incendios o habitado por okupas. El presidente de la Asociación pola Defensa do Patrimonio de Vilagarcía, Manuel Morales, detalla para FARO la historia que esconden algunas de estas mansiones.

| Duquesa de Medida de Las Torres. Esta casa emplazada cerca de A Comboa fue construida aproximadamente en 1850. Por aquel entonces los duques pasaban allí el verano. Se trata de "una verdadera mansión de un enorme valor, no solo por lo que era el edificio en sí, sino también por su jardín", opina Morales. Con el paso del tiempo fue pasando de herederos en herederos y hoy en día, tras el alojamiento por parte de okupas, el interior de la casa está destrozado. "Tenía en uno de sus almacenes una carroza con la corona real en sus puertas que era una belleza. Hoy en día persiste la construcción pero destrozada interiormente, y lo que es más penoso, a la venta, siendo una de las propiedades que el Concello podría adquirir para disfrute de los vilagarcianos y dedicar el edificio a actividades de tipo cultural", propone el presidente de la Asociación pola Defensa do Patrimonio de Vilagarcía.

| El antiguo colegio San Acisclo. Fue el primer colegio de Vilagarcía. El edificio preside la plaza de O Castro, en pleno casco histórico de la ciudad. Su estado es "lamentable", opina Manuel Morales, que advierte de su "amenaza de derrumbe". No obstante, el Ayuntamiento ha acordado con la propiedad de la finca que esta lleve a cabo obras de consolidación y limpieza para garantizar la seguridad del edificio. La Asociación pola Defensa do Patrimonio considera este inmueble idóneo para convertirlo en una bibilioteca pública, si bien su compra sería muy costosa para las arcas municipales..

| Los doctores Güimil. La casa fue construida a principios del siglo XX en el Barrio de La Prosperidad (hoy avenida Rosalía de Castro). Esta zona recibía esta denominación porque en la mayoría de las viviendas se alojaban en verano numerosas y potentes familias de Santiago y de Madrid. Era una de las calles más concurridas de Vilagarcía por tener la playa y los Jardines de Compostela a pocos metros. Morales destaca que "representa uno de los pocos edificios de corte colonial, por no decir el único, el cual ha sido pasto también de los okupas, siendo destruido por un incendio. Hoy no queda más que su estructura a la espera de algún comprador".

| Los señores Montero. Ubicada al final de la playa de Compostela, era un edificio de corte muy singular, todo pintado en blanco, con amplias terrazas sostenidas por columnas, ventanas tipo capilla e incluso con algunas estatuas que le daban un cierto matiz de esplendor, relatan desde la asociación. "Fue apodada como "la casa del coño", porque, según se decía, la gente que llegaba por tren a la villa veía esta casa y se asombraba diciendo ¡coño, qué casa! Realmente otra preciosidad hoy desaparecida", recuerda Morales.

| El Balneario de Compostela. El inmueble que sí continúa en pie en la actualidad pero en un estado importante de deterioro es el Balneario de Compostela, "uno de los edificios más emblemáticos y bonitos de Vilagarcía", considera el presidente de la asociación. "Construcción enteramente de madera y de tipo palustre, era famoso por sus baños de agua caliente salada y algas. Venían ingentes cantidades de gente de Galicia por entender que eran muy buenos para afecciones pulmonares", apunta. Morales hace hincapié en el salón ubicado en el centro del inmueble, donde los sábados se celebraba "un animado baile con la orquesta correspondiente". El tiempo y "su costosísimo mantenimiento" fueron haciendo mella en él de tal forma que no quedó más remedio que tirarlo, puesto que ya presentaba riesgo de derrumbe, dice el portavoz del colectivo.

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