Sito Vázquez era el alcalde de la Vilanova de aquel momento y pudo vivir en primera persona la eclosión y el rápido declive de aquella generación de la que conoció personalmente a casi todos sus integrantes, que lo apodaban "el alcalde guay". Es el caso de Blanquita que "era una de las cuatro o cinco jóvenes que formaba parte del grupo, era una chica que destacaba por su belleza y atractivo físico". A Vázquez le vienen un sinfín de sentimientos cada vez que recuerda a la Generación Perdida: "Son sentimientos muy duros y encontrados, de una lucha que mantuvimos desde el Concello pero que no sirvió para mucho, quizás tan solo para concienciarnos de lo que pasaba, pero ya era muy tarde para ellos".
El exalcalde insiste en que "todos eran inteligentes, impulsivos y echados para delante, chicos que pensaban que la droga era tan solo una etapa más de su vida que tenían que quemar y que lo iban a superar; ese se acabó convirtiendo en el gran engaño que se hicieron a sí mismos, porque las drogas se los acabaron llevando por delante". Insiste en que "no eran unos ni-nis, sino un grupo de jóvenes muy activos y con talento, implicados con la sociedad y colaborando con el Concello, ya que fueron ellos, por ejemplo, los que plantaron los árboles del Jardín Umbrío, los que pintaron la plaza de abastos o los que pusieron en marcha el Rock no Terrón".
