Eran las 4.15 horas del pasado domingo cuando el taxista J.C.L. recogió en Cambados a cuatro jóvenes, que le pidieron que les llevase a la casa de Marcial Dorado, en A Illa. Apenas un cuarto de hora después, los clientes le pidieron que parase el coche (no iban en realidad al chalé del conocido contrabandista) y le pidieron al autopatrono el dinero que llevaba encima. Hubo un forcejeo, y finalmente los jóvenes huyeron con un botín de entre 60 y 70 euros, mientras que J.C.L. sufrió una herida leve en una mano. Esto es al menos lo que el taxista ha declarado en su denuncia en la Guardia Civil, que ha iniciado una investigación de los hechos.

El conductor manifiesta en su denuncia que cuando llegaron a la rotonda de entrada de A Illa, los jóvenes le indicaron que se dirigiese a la zona de O Pozo, alegando que habían dejado allí su coche. Finalmente, detuvo su vehículo a la altura de un Citroën, y sacó del taxímetro el recibo de la carrera, que ascendía a 16,75 euros.

Siempre según su relato, en ese momento los jóvenes empezaron a rebuscar en sus bolsillos para reunir el dinero de la carrera, hasta que el que iba en el asiento de acompañante sacó un billete de 20 euros y se lo dio. Al parecer, el taxista sacó entonces de su bolsillo dinero para darle el cambio. Fue entonces cuando se precipitaron supuestamente los acontecimientos. En la denuncia, el conductor manifiesta que el joven que iba en el asiento de acompañante le cogió el dinero que le había dado antes y la vuelta, y que en ese momento otro de los clientes empezó a gritarle desde los asientos traseros, pidiéndole más dinero.

J.C.L. añade que se inició entonces un forcejeo con ese joven, momento en el cual se hizo daño en su mano izquierda contra las manillas de la puerta del coche. Para entonces, los clientes huyeron a la carrera, con un botín de entre 60 y 70 euros. "En ese momento llamé al COS (Centro Operativo de Servicios) de la Guardia Civil y la mujer que me atendió estuvo todo el momento conmigo al teléfono, calmándome, hasta que llegó la patrulla", declara.

Se da la circunstancia de que la patrulla más cercana en ese momento era la de Caldas de Reis, pues estaba realizando su ronda por las proximidades, hasta el extremo de que llegó junto al taxista en apenas siete minutos. "Les estoy muy agradecido porque actuaron con mucha rapidez", afirma. El taxista sostiene que en una situación de este tipo "recomiendo a cualquiera que llame al teléfono 062, porque es más rápido y más eficaz que llamar cuartel por cuartel". J.C.L. sufrió un atraco similar en la década de los 90, y a la pregunta de si estos hechos le hacen ser partidario de instalar una mampara de protección en el taxi, afirma que no: "Eso está bien para una ciudad grande, pero no para un taxi de pueblo".