Los vándalos han vuelto a actuar en el Concello de Catoira, esta vez en el remozado entorno natural de la laguna de Pedras Miúdas. Adecentada a instancias del gobierno local a través del Ministerio de Fomento, con cargo a una compensación de 300.000 euros puesta a disposición de los catoirenses para paliar los daños y perjuicios causados por las obras del Eje Atlántico, esta vieja explotación granitera a cielo abierto que a punto estuvo de convertirse hace años en un cementerio de escombros experimentó un cambio radical.

Pero los gamberros han decidido dejar su huella realizando todo tipo de pintadas en las paredes del edificio construido en el lugar, el cual está previsto convertir en centro de interpretación de la naturaleza y de la propia laguna.

Ese inmueble, que todavía no ha sido recepcionado por el Concello, puede dar un importante juego a la Administración local, tanto para promocionar la laguna como los valores naturales y turísticos de todo el municipio, además de para organizar variadas propuestas socioculturales.

A pesar de su importancia se ha producido el citado atentado contra ese patrimonio de todos los catoirenses, realizándose pintadas que prácticamente reclaman la independencia de la laguna y otras que lanzan graves insultos contra el alcalde de la localidad, Alberto García García, uno de los principales artífices de esta remodelación.

La reacciones no se han hecho esperar, y al malestar mostrado por los ciudadanos hay que sumar el de los comuneros catoirenses, cuya colaboración también ha resultado crucial para salvar Pedras Miúdas, declarada por la Xunta como Espacio Natural de Interés Local, y convertirla en el espacio de ocio que ahora es, a pesar de los vándalos.

La comunidad de montes de San Miguel, presidida por Luis Rey, condena enérgicamente este atentado y aprovecha para criticar que todavía no se entregara la obra. Desde la entidad hacen un llamamiento al civismo y animan a los autores de estos hechos "a cuidar nuestro patrimonio", al tiempo que piden a la sociedad en general "que denuncie estas salvajadas propias de idiotas y memos".

Hay que recordar que esta laguna, formada de manera totalmente natural y situada a los pies de los molinos de viento de Abalo, encierra una gran riqueza ecológica de la que, gracias a la intervención de Fomento, ahora es más fácil disfrutar, ya que se habilitaron pasarelas de madera que discurren alrededor de la misma e incluso sobre el agua.

Además, Pedras Miúdas encierra un enorme valor simbólico para muchos catoirenses, ya que fue preciso luchar durante muchos años en los juzgados para salvarla de una muerte segura.

Baste recordar lo sucedido en mayo de 2009, cuando el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia (TSXG) puso fin a seis años de incertidumbre al dictar una sentencia en la que desestimaba el recurso presentado por la empresa Remosil Catoira S.L., que pretendía utilizar esta laguna como vertedero de escombros.

Ya entonces el Concello y la comunidade de montes de San Miguel mostraban su disposición a potenciar esta laguna y convertirla en zona de recreo y refugio para la flora y la fauna, lo cual se ha visto reforzado con las mejoras introducidas por Fomento para compensar la llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV).

Ya en 2009 el TSXG dejaba claro que Pedras Miúdas "no constituye una charca grande de agua estancada, pues recibe afluencia (de agua) no solo de lluvias, sino de filtraciones que se aprecian en las paredes de piedra del entorno, y no cabe excluir la posibilidad de otras aportaciones por manantiales internos, ya que se confirma que ha mantenido su nivel incluso en épocas de sequía".

A esto se añadía que "no es cierto tampoco que el agua de la laguna no sea apta para soportar vida vegetal y animal, y si bien no es apta para el consumo humano sin el debido tratamiento previo (de potabilización), no es menor verdad que presenta otros posibles usos".

Hace siete años el TSXG declaraba que "pese a que la cantera se encuentra en un estado de recuperación primaria, la potencialidad para la regeneración de nuevos hábitats y el incremento de la diversidad biológica serán mayores en el caso de conservarse la laguna en la situación actual".

Y Luis Rey tachaba aquello de "éxito de todo el pueblo de Catoira", pues los vecinos habían recogido firmas e incluso se manifestaron a pie de laguna para exigir su preservación.

Ahora que parece garantizada y que incluso se ha embellecido el entorno para facilitar su disfrute los gamberros parecen dispuestos a cargarse el esfuerzo realizado.