Álvaro Requejo y Maica Mougán decidieron hace unos años montar un invernadero de 1.000 metros cuadrados para pasar el rato con una nueva afición. Ignoraban en ese momento que habían empezado a construir su futuro. Porque cuando la crisis de la construcción motivó que el hombre quedase en el paro (era montador de cubiertas) se dieran cuenta de que la agricultura podía ser algo más que un mero pasatiempo.

La pareja y el hermano de la mujer, Rafael Mougán, tienen hoy en día una explotación de 8.000 metros cuadrados bajo cubierta y otros 20.000 al aire libre, la práctica totalidad en el término municipal de Meis. Ellos son un ejemplo de como la agricultura puede tener futuro y ser un empleo atractivo para personas de cualquier edad, pues Requejo tiene 31 años, Maica Mougán 27, y su hermano Rafael, 40.

Ayer recibieron la visita del delegado territorial de la Xunta de Galicia en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, que aprovechó la ocasión para divulgar las ayudas que concede la Xunta de Galicia para la creación de empresas agrarias. Iba acompañado por el alcalde de Meis, José Luis Pérez, y por el jefe territorial de Medio Rural, Miguel Dubois.

Los agricultores les explicaron que entre sus proyectos más inmediatos se encuentran la construcción de una nave industrial para procesar sus productos, realizando allí trabajos de embolsado y etiquetado, así como el cultivo de variedades difíciles de encontrar por ahora en el campo arousano, como son el tomate negro de Santiago o el tomate en rama. En el caso del primero, Álvaro Requejo explica que en su día ya habían probado con el de Crimea, que vendían en Barcelona. "Pero lo dejamos porque no tenía mucha salida comercial".

Mucho optimismo

Álvaro Requejo, natural de O Mosteiro, desborda optimismo. "Hoy en día trabajar en el campo es equiparable a cualquier otro empleo. Está muy mecanizado, con lo que no es un trabajo tan duro como lo podía ser en el pasado. En el campo hay sitio para todos y se puede vivir de él". Tanto es así que anima a los jóvenes a probar suerte con la agricultura, "y aprovechar un medio que está aquí a su disposición en vez de estar buscando siempre sitio en los mismos sectores".

Álvaro Requejo pone como ejemplo de las bondades de la agricultura el ejemplo de su propio cuñado. "Él tiene una empresa de publicidad y dice que prefiere dejarla porque aunque gane algo menos en el campo dice que lo prefiere por motivos psicológicos. En el campo se siente mejor. Hace algo que le gusta, mentalmente está cómodo y ni tiene jefes ni gente que le proteste".

Una de las grandes ventajas que tienen ellos es que llegaron a acuerdo directo de comercialización con una gran empresa de distribución de alimentación gallega, con lo que no tienen que preocuparse por la venta de los productos. "El que va sembrando, algún día recogerá", concluye.