La asociación Agtamar (Asociación Gallega de Trabajadores Autónomos y del Mar), integrada en UPTA, presentó ayer el proyecto "Tomando el relevo", que pretende evitar el cierre de negocios por jubilación. Según los cálculos del colectivo presidido por Eduardo Abad Sabarís haciendo una extrapolación de los datos nacionales, en la provincia de Pontevedra hay un centenar de autónomos que rondan los 62 años. Son a estos trabajadores por cuenta propia a los que va dirigido el programa.

A grandes rasgos, esta iniciativa de relevo generacional consiste en que el autónomo en edad próxima a retirarse (entre 63 y 65 años) -y sin una persona a la que pueda cederle el testigo para continuar con el negocio- contrate mediante el Programa de Garantía Juvenil durante un periodo de dos años a una persona de menos de 30 años que cobraría al menos el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), es decir, 655,20 euros al mes. El autónomo tendría bonificada al 100% la Seguridad Social del joven -contratado como aprendiz-, así como la cotización neta a la Seguridad Social en su base mínima -el autónomo pagaría la diferencia entre el mínimo y la cotización elegida-. El 74,82% de los autónomos de la provincia pagan la cuota mínima (287 euros al mes). "Ahí entraría la Diputación", apunta el vicepresidente de Agtamar, Jesús Diéguez.

Antes de la presentación pública que tuvo lugar ayer ante los medios, la asociación ya expuso "Tomando el relevo" a la institución provincial. "Le pareció muy buen plan, y es muy factible que salga adelante", valora Diéguez. No obstante, se desarrollaría en fases, y la primera es difundir esta novedosa iniciativa entre los autónomos con previsiones de jubilarse. Agtamar decidió presentar el proyecto en Arousa porque "es una de las comarcas más castigadas de Galicia e incluso de España", en alusión al desempleo, tanto para los trabajadores por cuenta propia como ajena.

La financiación del programa se sustentaría en las ayudas públicas de las distintas administraciones en materia de autoempleo. Así, aparte del Programa de Garantía Juvenil del Gobierno central y de la colaboración de la Diputación, también "hay fondos europeos" para este fin, indica Diéguez.

Desde Agtamar-UPTA precisan que "muchos autónomos" con 62 o más años se plantean acogerse a la jubilación en el momento de cumplir los 65 o incluso "a la anticipada, con dos años de anterioridad, siempre que los años cotizados así lo permita en este segundo supuesto". La asociación considera que si la situación económica no fuera la que es "no hubiesen apelado a la jubilación", pues en años anteriores a la crisis "muchos se mantenían en actividad laboral después de los 65 debido a su bajo nivel de cotización a la Seguridad Social, que les auguraba una pensión reducida". Relatan que los ingresos de sus negocios todavía le compensaban para continuar con el establecimiento abierto, incluso para seguir pagando la cotización de los 63 a los 65 años.

Sin embargo esta "tradición" actualmente no es una realidad en la provincia de Pontevedra, con "muchos negocios comerciales que no son suficientemente rentables sin una renovación básica de sus establecimientos y modelo de negocio, y el autónomo estudia cualquier vía para acceder a la jubilación sin atender, por imposibilidad, a la sucesión de su negocios ni siquiera en el ámbito familiar", explican desde UPTA.

El colectivo de Abad Sabarís augura que esta delicada coyuntura puede conllevar una "desertización comercial progresiva en los próximos años", de ahí que presente el plan de relevo generacional, para que los jóvenes sustituyan a los autónomos próximos a jubilarse. Estos seguirían cotizando hasta los 65 años y continuarían con el negocio abierto gracias a un joven que se formaría en él durante dos años.