Cuando la central de Salvamento Marítimo recibió el aviso, sobre las 17 horas, se montó un enorme dispositivo de búsqueda en el que participaron, tanto esa tarde como en los días siguientes más de una docena de barcos, varios helicópteros, varias docenas de personas por tierra y hasta un avión.
La búsqueda se centró desde un primer momento en Corrubedo por ser la zona en la que dijo que estaba el patrón al hablar sobre las 14 horas con el hombre que les iba a recoger en Muros, y porque fue por allí por donde empezaron a aparecer los primeros restos, como un botiquín o unas zapatillas de deportes.
La zona de rastreo se concretó todavía más al amanecer del día siguiente, ya que un hombre, vinculado con el mar, había visto el "Paquito" sobre las dos de la tarde del día anterior, se supone que apenas unos minutos antes de que se fuese a pique. El testigo explicó a los expertos de la CIAIM que vio el barco avanzar con dificultades, pero que no le dio mayor importancia porque "estamos acostumbrados a ver situaciones como esas, o igual peores". Eso sí, manifestó que "había bastante mar, mucha mar... Al barco se le perdía el puente de vista".
