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Ravella aún estudia si anula el polémico cobro por el uso de los locales culturales

La concejala de Cultura asegura que tanto la ordenanza como el reglamento elaborados por el gobierno de Tomás Fole se encuentran "en revisión" y que "no hay nada decidido"

El pleno del reglamento cultural, en mayo de 2013, contó con una sonora protesta de los colectivos. // I. A.

En la primavera de 2013 varios colectivos de Vilagarcía, arropados por la oposición en aquel entonces (PSOE, BNG y Esquerda Unida), boicotearon con gaitas y gritos de "dimisión" el pleno en el que el gobierno del PP daba luz verde -en solitario- a los polémicos reglamento y ordenanza por el uso de las instalaciones culturales municipales. Tal revuelo se formó en la casa consistorial aquel 27 de mayo que Tomás Fole decidió suspender la sesión. Ahora, casi tres años después, la polémica normativa continúa vigente pese al cambio de color político en Ravella que los vilagarcianos decidieron en las urnas hace ocho meses. La concejala de Cultura, Sonia Outón, aseguró ayer que ambos textos -reglamento y ordenanza- se encuentran en proceso de "estudio y revisión" y que por el momento "no hay nada decidido".

Pese al revuelo generado en su día, con una treintena de asociaciones vecinales y culturales en contra de la normativa, así como la oposición al completo, el tiempo demostró que el cobro por el uso de los espacios culturales fue muy selectivo. Y es que la inmensa mayoría de los actos organizados en las instalaciones (Auditorio, sala Rivas Briones, Salón García y Praza da Peixería, ...) son promovidos por asociaciones, colegios, Anpas, entidades sociales y deportivas, y todos estos colectivos están exentos del pago. También están libres de cualquier tarifa las actividades en las que colabora o patrocina el Ayuntamiento.

Por tanto la repercusión de la ordenanza del PP en las arcas municipales es muy modesta. Además hay que tener en cuenta que durante el primer año de funcionamiento de la normativa los espacios más solicitados por parte de la iniciativa privada -la que está obligada a pagar- fueron el salón de conferencias y los seminarios del Auditorio, con precios de 15,25 y 10,20 euros/hora respectivamente. El salón de actos, el principal, con un coste de 264,70 euros al día, apenas tuvo empresas que lo utilizasen.

En 2014 -gobernaba el Partido Popular- los ingresos por esta ordenanza rozaron los 4.300 euros, y la previsión del PSOE para 2016 apunta a 1.521,79 euros, según el Presupuesto municipal.

Si bien el cobro es muy selectivo en el caso del Auditorio, sala Rivas Briones, A Peixería o Salón García, no ocurre lo mismo con los locales de ensayo, donde los grupos deben abonar 30,55 euros de matrícula más una cuota mensual que varía en función del equipamiento y las prestaciones de la sala elegida. Las tasas de estos espacios también están recogidas en la ordenanza cultural que el gobierno está revisando.

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